Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

Pertenecemos a Dios en Cristo Jesús

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PERTENECEMOS A DIOS EN CRISTO JESÚS

 

Liturgia de la Palabra

Introducción 

Primera Lectura: 1 Jn 5,14-21

     En una especie de profesión de fe, el apóstol Juan declara que pertenecemos a Dios a causa de Jesucristo. Él nos ha traído vida eterna, una vida que no puede convivir con el  pecado.

 

Evangelio: Jn 3,22-30

     Juan el Bautista nos dice que pertenecemos a Cristo como la novia pertenece al novio. Y que nuestra humildad y disponibilidad son necesarias para que su vida crezca en nosotros.

 

Oración Colecta

Señor, Dios de vida:

Te pertenecemos plenamente

por medio de tu Hijo Jesucristo.

En él nos has llamado a una vida real, libre, expansiva,

que traspasa la muerte.

Ayúdanos a desarrollar esta vida

con toda su riqueza

y a atesorarla como un fondo de inversión

que no debemos guardar para nosotros,

sino que debemos compartir como un don

con todos los que nos rodean.

Que tu Hijo viva y crezca en nosotros

ahora y por los siglos de los siglos.

 

1Jn 5,14-21: Nos escucha en lo que le pedimos

 Nos dirigimos a Dios con la confianza de que, si pedimos algo según su voluntad, nos escuchará. 15Y si sabemos que nos escucha cuando le pedimos, sabemos que ya poseemos lo que hemos pedido. 16Si uno ve a su hermano cometiendo un pecado que no lleva a la muerte, rece y Dios dará vida al hermano…19Sabemos que procedemos de Dios, mientras que el mundo entero pertenece al Maligno. 20Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para conocer al que es Verdadero. Y nosotros permanecemos en el que es Verdadero y con su Hijo Jesucristo. Él es el Dios verdadero y la vida eterna. 21Hijitos míos, cuídense de los ídolos.

 

Salmo 149: El Señor ama a su pueblo

 

Jn 3,22-30: El amigo del esposo se alegra con la voz del esposo

Jesús fue con sus discípulos a Judea; allí se quedó con ellos y se puso a bautizar. 23También Juan bautizaba, en Ainón, cerca de Salín, donde había agua abundante. La gente acudía y se bautizaba. 24Todavía no habían metido a Juan en la cárcel. 25Surgió una discusión de los discípulos de Juan con un judío a propósito de las purificaciones. 26Buscaron a Juan y le dijeron: Maestro, el que estaba contigo en la otra orilla del Jordán, del que diste testimonio, está bautizando, y todo el mundo acude a él. 27Respondió Juan: No puede un hombre recibir nada si no se lo concede del cielo. 28Ustedes son testigos de que dije: Yo no soy el Mesías, sino que me han enviado por delante de él. 29Quien se lleva a la novia es el novio. El amigo del novio que está escuchando se alegra de oír la voz del novio. Por eso mi gozo es perfecto. 30Él debe crecer y yo disminuir.

 

Oración de los Fieles

     Te rogamos, Señor, que, por la Eucaristía, podamos todos participar más profundamente de tu vida. Y así te decimos: R/Envíanos, Señor, a amar y servir.

 

  • Para que la Iglesia continúe con compasión la tarea de sanar de Jesús nuestro Señor: que los enfermos sean confortados, los oprimidos liberados, y los pobres y los débiles, protegidos, roguemos al Señor.
  • Para que en nuestras comunidades cristianas nos preocupemos unos de otros como el Señor cuida de nosotros, y que nos enriquezcamos mutuamente con los incontables buenos dones de la mente y del corazón, roguemos al Señor.
  • Por aquellos cuya fe ha sido sacudida por los cambios en la Iglesia y en el mundo, para que aprendan a confiar de nuevo en el Señor y encontrar paz interior, roguemos al Señor.

 

Oración sobre las Ofrendas

Te presentamos, Padre amoroso,

estos dones de pan y vino,

que proceden de tu mano.

Son signos de vida y crecimiento.

Abre nuestros corazones a la profundidad

de la vida de Jesús, tu Hijo,

para que nuestra vida

sea rica y llena de la bondad

y el calor humano del mismo Jesús.

Y que así se convierta en un himno de alabanza

y acción de gracias a ti

por medio de Jesucristo nuestro Señor.

 

Oración después de la Comunión

Señor Dios, Padre amoroso:

Nuestra participación en esta eucaristía

ha dado testimonio de nuestra fe viva

en la persona y en la vida de tu Hijo.

Que su presencia entre nosotros

no nos deje indiferentes, sino que nos comprometa

a romper las cadenas del mal

y a hacer posible que su justicia y amor fiel

crezcan en nosotros y en el mundo.

Abrigamos toda la confianza

de que escucharás nuestra oración,

a causa de quien vive en nosotros,

Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor.

 

Bendición

     Hermanos: Con Juan el Bautista podemos decir: Que disminuyamos nosotros, es decir, que nos consideremos menos importantes, pero que Jesús, el Señor, crezca y aumente en nosotros. Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

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