Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

"¡Que todos sean uno!"

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 Jueves 5 de Junio, 2025

 

Séptima Semana nde pascua

 

“¡QUE TODOS SEAN UNO!

 

Oración Colecta

Oh Padre de nuestro Señor Jesucristo

y Padre también de todos:

Creemos en ti y sabemos que tú amaste a Jesús

con un amor profundo, confiado y eterno.

Que el Espíritu Santo derrame este amor

en los corazones de todos los que creemos en Jesús,

nuestro Pastor y Salvador.

Que este amor nos una en un lazo común

de comprensión y respeto mutuo

y nos disponga a vivir los unos para los otros

y a servirnos mutuamente como hermanos,

a causa de Jesucristo nuestro Señor.

 

Primera Lectura: Hechos 22,30; 23,6-11 Testimonia en Roma

La lectura de los Hechos nos muestra una comunidad dividida con tensiones, confrontaciones y pertenencias muy semejante a las nuestras. Allí está el desafío de ayer y de hoy: El Señor lo sabe y por eso invita a Pablo a seguir su camino en pos de la misión.

En aquellos días, el comandante, queriendo saber con exactitud de qué acusaban a Pablo los judíos, mandó que le quitaran las cadenas, convocó a los sumos sacerdotes y a todo el sanedrín, y llevando consigo a Pablo, lo hizo comparecer ante ellos.

Como Pablo sabía que una parte del sanedrín era de saduceos y otra de fariseos, exclamó: "Hermanos: Yo soy fariseo, hijo de fariseos, y me quieren juzgar porque espero la resurrección de los muertos".

Apenas dijo esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos, que ocasionó la división de la asamblea. (Porque los saduceos niegan la otra vida, sea de ángeles o de espíritus resucitados; mientras que los fariseos admiten ambas cosas). Estalló luego una terrible gritería y algunos escribas del partido de los fariseos, se pusieron de pie y declararon enérgicamente: "Nosotros no encontramos ningún delito en este hombre. ¿Quién puede decirnos que no le ha hablado un espíritu o un ángel?"

El alboroto llegó a tal grado, que el comandante, temiendo que hicieran pedazos a Pablo, mandó traer a la guarnición para sacarlo de allí y llevárselo al cuartel.

En la noche siguiente se le apareció el Señor a Pablo y le dijo: "Ten ánimo, Pablo; porque así como en Jerusalén has dado testimonio de mí, así también tendrás que darlo en Roma".
 

Salmo Responsorial 16: Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.

R. (1) Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.
Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio.
Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor.
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia;
mi vida está en sus manos.
R. Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
y con él a mi lado, jamás tropezaré.
R. Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.
Por eso se me alegran el corazón y el alma,
y mi cuerpo vivirá tranquilo,
porque tú no me abandonarás a la muerte,
ni dejarás que sufra yo la corrupción.
R. Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.
Enséñame el camino de la vida,
sáciame de gozo en tu presencia
y de alegría perpetua junto a ti.
R. Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.
 

Aclamación antes del Evangelio

Jn 17, 21
R. Aleluya, aleluya.
Que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, somos uno,
a fin de que el mundo crea que tú me has enviado, dice el Señor.
R. Aleluya.
 

Evangelio: Juan 17,20-26 Que sean plenamente uno

No hay quizás más fuerte testimonio cristiano que el ver enlazados y unidos en un mismo amor a los que creen en Cristo, como fruto de la presencia viva del Espíritu Santo.. Necesitamos fomentar el ecumenismo y la unidad no sólo entre Iglesias, sino también al interior de nuestra misma Iglesia. ¿Acaso no mora en nosotros el amor con el que el Padre ha amado a su Hijo?

En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: "Padre, no sólo te pido por mis discípulos, sino también por los que van a creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti somos uno, a fin de que sean uno en nosotros y el mundo crea que tú me has enviado.

Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno. Yo en ellos y tú en mí, para que su unidad sea perfecta y así el mundo conozca que tú me has enviado y que los amas, como me amas a mí.

Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que me has dado, para que contemplen mi gloria, la que me diste, porque me has amado desde antes de la creación del mundo.

Padre justo, el mundo no te ha conocido; pero yo sí te conozco y éstos han conocido que tú me enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que me amas esté en ellos y yo también en ellos''.

 

Oración de los Fieles

Oramos como Iglesia de Dios para vivir cada día más unidos y consecuentes con su Evangelio de Amor. Por eso le decimos: R/Danos, Señor, discernimiento y humildad para trabajar por la unidad y la paz.

  • Señor Jesús, para que en la tierra de Palestina, por cuyos caminos caminaste, los palestinos y los judíos lleguen a respetarse unos a otros y ambos busquen sinceramente la paz, te rogamos.
  • Señor Jesús, para que, aun siendo diferentes en nuestros rostros y caracteres, el Espíritu Santo nos enlace a todos juntos en un solo amor, te rogamos.
  • Señor Jesús, para que, por difícil que sea, el Espíritu Santo haga posible y real el que en nuestras comunidades haya un solo corazón y una sola alma, te rogamos.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro:

Invitados por él,

nos reunimos en torno a la mesa de tu Hijo Jesús,

y nos preparamos para participar

en su banquete eucarístico.

Así como por el bautismo

nos ha unido como hermanas y hermanos suyos,

que el Espíritu Santos nos guarde unidos

en la vida de cada día.

Que él nos reúna juntos

en comunidades fuertes y comprometidas

en las que nos aceptemos unos a otros

a pesar de todas nuestras diferencias.

Únenos en el único amor

de Jesucristo nuestro Señor.

 

Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro:

El Salmista se regocija

cuando hermanos y hermanas

pueden vivir juntos en un mismo amor.

Te pedimos que esto se haga realidad entre nosotros,

que creemos en nuestro único Señor Jesucristo.

Que el testimonio más profundo de nuestra fe sea

el hecho de vivir los unos para los otros

en la misma unidad

que unió a tu Hijo Jesús contigo,

que eres nuestro Dios de vida y amor,

ahora y por los siglos de los siglos.

 

Bendición

Hermanos: Si nosotros somos realmente uno, ése es el mejor testimonio que podemos dar de Jesús, de que el Padre lo envió, de que creemos realmente en él y de que él vive en nosotros. La división entre las Iglesias, así como la división y las peleas en nuestras comunidades, son un anti-testimonio de Cristo y de su Evangelio. Que el Espíritu de Dios nos una en un sincero y verdadero amor. Y para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

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