R. (cf. 33) Escúchame, Señor, porque eres bueno.
 A ti, Señor, elevo mi plegaria,  
 ven en mi ayuda pronto;
 escúchame conforme tu clemencia,
 Dios fiel en el socorro.
 Escúchame, Señor, pues eres bueno
 y en tu ternera vuelve a mí tus ojos.
 R. Escúchame, Señor, porque eres bueno.
 Mírame enfermo y afligido;
 defiéndeme y ayúdame, Dios mío.
 En mi cantar exaltaré tu nombre,
 proclamaré tu gloria, agradecido.
 R. Escúchame, Señor, porque eres bueno.
 Se alegrarán al verlo los que sufren;
 quienes buscan a Dios tendrán más ánimo,
 porque el Señor jamás desoye al pobre
 ni olvida al que se encuentra encadenado.
 R. Escúchame, Señor, porque eres bueno.
 Ciertamente el Señor salvará a Sión,
 reconstruirá a Judá;
 la heredarán los hijos de sus siervos,
 quienes aman a Dios la habitarán.
 R. Escúchame, Señor, porque eres bueno.

