Viernes 19 de Julio de 2024
Decimoquinta Semana en Tiempo Ordinario
EL SÁBADO ES PARA EL HOMBRE
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Tú quieres que nos comprometamos
en favor tuyo y de los hermanos,
con actitud de misericordia y servicio.
Danos valor para arriesgarnos.
Y, como Jesús, sacrificarnos entregándonos a ti
en nuestros prójimos necesitados,
y tomando parte en sus tristezas y alegrías,
sus protestas y sus problemas,
para que los conozcamos y sirvamos
como tú nos conoces y nos sirves a nosotros,
en Jesucristo nuestro Señor.
Primera Lectura: Isaías 38,1-6.21-22.7-8: "He escuchado tu oración"
En respuesta a su insiste oración, Dios cura al rey Ezequías y pospone su muerte, para que pueda acabar lo que intentaba hacer en servicio de su pueblo.
Evangelio: Mateo 12,1-8: El Hijo del Hombre es señor del sábado
El cumplimiento exhaustivo de las tradiciones y los ritos era fundamental para los religiosos del tiempo de Jesús. Sin embargo, él, atento a las necesidades humanas, las prioriza. Las pone incluso por encima de las tradiciones y los ritos. Es decir, pone todas las cosas en su lugar: primero el hombre, primero y ante todo la misericordia. Porque misericordia quiere antes que sacrificios.
Un sábado, atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: "Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado".
Él les contestó: "¿No han leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros? ¿No recuerdan cómo entraron en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, de los cuales ni él ni sus compañeros podían comer, sino tan sólo los sacerdotes?
¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado porque ofician en el templo y no por eso cometen pecado? Pues yo digo que aquí hay alguien más grande que el templo.
Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: Misericordia quiero y no sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado''.
Oración de los Fieles
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Este pan y este vino van a convertirse
en el Cordero de Dios, Jesucristo, tu Hijo.
En esta eucaristía recordamos que derramó su sangre
para el perdón de nuestros pecados.
Que Jesús sea hoy nuestro alimento y bebida
para que podamos pasar con él de la muerte a la vida
y para que seamos verdaderamente tu Pueblo,
nacido para ser libre
y para hacernos libres unos a otros,
en Cristo Jesús nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor, Dios de vivos:
Acabamos de comer la comida pascual
del pueblo de la Nueva Alianza, la Iglesia.
Queremos que Jesús nos ayude a vivir
el gran mandamiento del Amor,
no tanto como una orden que hay que obedecer,
sino como un don precioso y gratuito
a este pueblo de nuestro tiempo
y a nosotros mismos, miembros de la Iglesia.
Hazlo posible, Dios, Padre nuestro,
por la fuerza y el poder de Jesucristo,
tu Hijo, nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Naturalmente, hay mandamientos. Pero el Señor mismo nos dice que nunca deben interponerse como obstáculo en el camino de la misericordia y del cariñoso servicio a los hermanos. Que él nos haga servidores sinceros, siempre motivados por el amor. Y para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.