Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

MANOS SUCIAS, CORAZONES LIMPIOS

Description

Martes 2 de Agosto

 

MANOS SUCIAS, CORAZONES LIMPIOS

 

Liturgia de la Palabra

Primera Lectura:  Jer 30,1-2.12-15.18-22

 El profeta Jeremías primeramente recuerda al Pueblo el castigo por su infidelidad, pero después abre las perspectivas para una bella restauración, cuando Israel regrese a Dios.

  

Evangelio: Mt 15,1-2.10-14 

 Lo que contamina al hombre está dentro; no viene de afuera, nos dice el Señor. Si lográramos entenderlo, procuraríamos trabajar en nosotros en lugar de dilapidar tiempo y esfuerzo buscando causas externas e incluso haciendo cargo a otros de eso que tenemos que sanar, eso en lo que el Señor hace camino y nos ofrece su liberación.

 

Oración Colecta

Padre, Dios de la Alianza eterna,

nos has vinculado a ti

con importantes lazos de amor eterno;

y las palabras que nos diriges son espíritu y vida.

Abre nuestros corazones a tus palabras,

para que nos toquen

en lo más íntimo de nuestro corazón.

Que nos impulsen a servirte

no de una manera servil,

sino con actitud filial, como hijos e hijas tuyos

que te aman y a quienes has otorgado la libertad

por medio de tu Hijo,

Jesucristo nuestro Señor.

 

Jer 30,1-2.12-15.18-22: Yo cambiaré su suerte

 

Palabras que dirigió el Señor a Jeremías… Tu llaga es insanable; por la cantidad de tus crímenes, por tus muchos pecados te he tratado así. 18Así dice el Señor: Yo cambiaré la suerte de las tiendas de Jacob, compadecido de sus moradas; sobre sus ruinas será reconstruida la ciudad, su palacio se asentará en su puesto; 19resonarán allí himnos y rumores de fiesta; los haré crecer y no disminuir, los honraré y no serán despreciados. 20Serán sus hijos como antes, asamblea estable delante de mí; castigaré a sus opresores, 21de ella saldrá su príncipe, de ella nacerá su jefe, y yo lo acercaré hasta mí; ¿quién, si no, se atrevería a acercarse a mí? 22Ustedes serán mi pueblo, yo seré su Dios, oráculo del Señor.

 

Salmo 102: El Señor construyó Sión, y apareció en su gloria

 

Mt 14,22-36: ¿Por qué dudaste?

Mandó Jesús a los discípulos embarcarse mientras él despedía a la multitud. 23Después subió él solo a la montaña a orar. Al anochecer, todavía estaba allí, solo. 24La barca se encontraba a buena distancia de la costa, sacudida por las olas, porque tenía viento contrario. 25Ya muy entrada la noche Jesús se acercó a ellos caminando sobre el lago. 26Al verlo caminar sobre el lago, los discípulos comenzaron a temblar y dijeron: ¡Es un fantasma! Y gritaban de miedo. 27Pero Jesús les dijo: ¡Ánimo! Soy yo, no teman. 28Pedro le contestó: Señor, si eres tú, mándame ir por el agua hasta ti. 29Ven, le dijo Jesús. Pedro saltó de la barca y comenzó a caminar por el agua acercándose a Jesús; 30pero, al sentir el fuerte viento, tuvo miedo, entonces empezó a hundirse y gritó: ¡Señor, sálvame! 31Al momento Jesús extendió la mano, lo sostuvo y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 32Cuando subieron a la barca, el viento amainó. 33Los de la barca se postraron ante él diciendo: Ciertamente eres Hijo de Dios. 34Terminaron la travesía. 35Los hombres le llevaron todos los enfermos 36y le rogaban que les permitiese nada más rozar el borde de su manto, y los que lo tocaban quedaban sanos.

 

Oración de los Fieles

  • Por la Iglesia. Para que no sustituya el Evangelio con ritos y leyes de invención humana, sino que le ofrezca al pueblo la libertad, la amabilidad y la inspiración de Cristo, roguemos al Señor.
  • Por los que no conocen a Cristo. Para que descubran la ley de Dios escrita en sus corazones y reconozcan en los cristianos el Amor de Jesús en acción, roguemos al Señor.
  • Por todos los que participan de la mesa del Señor. Para que aprendan de Jesús que el amor es el corazón de la ley y que el verdadero amor sabe cómo servir generosa y desinteresadamente, roguemos al Señor.

 

Oración sobe las Ofrendas

Señor Dios nuestro:

Traemos hoy ante ti nuestra disponibilidad

para responder a tu Amor.

Fortalécenos con el Cuerpo y la Sangre

de tu Hijo Jesucristo,

para que, con él, nos dediquemos a ti

con toda nuestra mente y corazón,

y para que seamos capaces

de comunicar tu Amor y tu justicia

a todos los que nos rodean.

Concédenoslo por medio de Jesucristo,

nuestro Señor.

 

Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro:

Tu hijo Jesús ha compartido con nosotros,

en esta celebración eucarística,

todo lo que él es.

Danos su Espíritu de discernimiento,

para que nosotros compartamos también

su actitud de apertura a tu voluntad

y a las necesidades de los hermanos.

Ojalá vayamos más allá del cumplimiento de la ley

y te sirvamos en espíritu como tus hijos e hijas libres,

en quienes puedas reconocer a Jesucristo,

Hijo tuyo y Señor nuestro

por los siglos de los siglos.

 

Bendición

 Hermanos: Activemos nuestro corazón para buscar en los mandamientos no nuestro propio capricho y nuestra voluntad egoísta, sino la auténtica voluntad de Dios. Que el Espíritu de Dios les dé a ustedes esta sabia actitud interior, y que Dios todopoderoso los bendiga a todos, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

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