Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

“Toma tu cruz”

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Viernes 9 de Agosto, 2024

 

18 Semana en Tiempo Ordinario

 

“TOMA TU CRUZ”

 

Oración Colecta

Señor Dios nuestro:

Sabemos que seguir a tu Hijo Jesús significa

que Algún Otro nos dirija

a donde quizás no pretendíamos ir.

Pero es tu Hijo quien nos guía y va con nosotros.

Por eso decimos: Queremos ir con él,

pero ayúdanos, Señor,

cuando nuestros corazones desfallecen,

para que sigamos andando con él

que es nuestro Señor para siempre.

 

Primera Lectura: Nehemías 2,1-3. 6-7: ¡Ay de la ciudad sangrienta!

En lenguaje poético, el profeta Nahún anuncia la caída de la ciudad de Nínive y el término de su cruel opresión sobre las naciones de la región. Porque Dios es maestro de la Historia. Ésta es una buena noticia para el pueblo de Judá.

Ya viene por el monte
el mensajero de buenas noticias,
que anuncia la paz.
Celebra tus fiestas, Judá, y cumple tus promesas,
porque el malvado no te volverá a invadir,
pues ha sido aniquilado.

El Señor restaurará la viña de Jacob,
que es el orgullo de Israel.
Los invasores la habían devastado,
habían destruido sus sarmientos.

En cambio, ¡ay de ti, Nínive, ciudad sanguinaria,
toda llena de mentiras y despojos,
que no has cesado de robar!
Escucha el chasquido de los látigos
y el estrépito de las ruedas,
los caballos que galopan,
los carros que saltan
y la caballería que avanza.
Mira el llamear de las espadas
y el centellear de las lanzas.
Contempla la multitud de heridos
y los montones de muertos,
la interminable cantidad de cadáveres
con los que uno se tropieza.

Arrojaré inmundicias sobre ti,
te deshonraré y te expondré a la vergüenza pública.
Y todo el que te vea huirá de ti y dirá:
“Nínive está destruida”.
¿Quién tendrá compasión de ti?
¿Dónde podré encontrar alguien que te consuele?

 

Salmo Responsorial

Deuteronomio 32, 35cd-36ab. 39abcd. 41

R. (39c) Yo doy la muerte y la vida.
El día de su perdición se acerca
y su suerte se apresura,
porque el Señor defenderá a su pueblo
y tendrá compasión de sus siervos. R.
R. Yo doy la muerte y la vida.
Miren que sólo yo soy Dios
y no hay otro fuera de mí;
yo doy la muerte y la vida,
yo hiero y yo curo. R.
R. Yo doy la muerte y la vida.
Cuando afile el relámpago de mi espada
y tome en mis manos la justicia,
yo me vengaré del enemigo
y le daré su merecido al adversario. R.
R. Yo doy la muerte y la vida.

 

Aclamación antes del Evangelio

Mt 5, 10

R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor.
R. Aleluya.

 

Evangelio: Mateo 16,24-28

En el evangelio de hoy Jesús presenta la vida cristiana utilizando tres expresiones semejantes. Veamos: Renunciar a sí mismo: es decir, aceptar la forma de pensar y de actuar de Dios más que la propia. Tomar la cruz: es decir, arriesgarse a sufrir la misma suerte del Maestro y renunciar a la propia seguridad personal. Seguir a Jesús: es decir, aceptar a Jesús y al Evangelio como guías de nuestra vida, no solamente en teoría sino en la práctica. ¿Estamos nosotros listos para hacer esto? ¿Es éste el auténtico significado de la vida cristiana para nosotros?

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla?

Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces dará a cada uno lo que merecen sus obras.

Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán, sin haber visto primero llegar al Hijo del hombre como rey’’.

 

Oración de los Fieles

  • Señor Jesús, por los que te siguen por el camino de la cruz, perseguidos por creer en ti, te rogamos.
  • Señor Jesús, por los que te siguen por el camino de la cruz, renunciando a sí mismos para entregarse al cuidado de los que viven solos y abandonados y de los enfermos, te rogamos.
  • Señor Jesús, por los que contigo sobrellevan sus sufrimientos con paciencia y fortaleza, te rogamos.

 

Oración sobe las Ofrendas

Pan y vino, Señor Dios nuestro,                                 

son nuestra fuerza y alegría

en el camino de la vida.

Que tu Hijo Jesús parta para nosotros

el mejor pan –su Cuerpo–

y escancie para nosotros

el vino añejo de sí mismo –su Sangre–;

que nos mantengan en marcha,

y, cuando sea necesario,

nos ayuden a escalar la montaña del sufrimiento

y del aparente fracaso.

Porque confiamos plenamente

en Jesucristo nuestro Señor.

 

Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro:

Tú sabes qué miedo tenemos

a arriesgarnos y entregarnos audazmente

a lo nuevo y desconocido.

Pero tú nos haces señas y nos llamas

por medio de tu Hijo Jesucristo

y lo envías a nosotros

para que sea nuestra fortaleza.

Por eso te rogamos:

Sigue gritándonos para que salgamos

de nuestros encierros y aislamientos;

y danos el valor de llegar hasta el final

entregándonos, sin miedos ni componendas,

a ti y a los hermanos.

Que el evangelio de Jesús

llegue a ser para nosotros

Buena Noticia de felicidad y alegría

que llene nuestra vida

ahora y para siempre jamás.

 

Bendición

Hermanos: Jesús nos ha dicho: “Tomen su cruz y síganme.” Tenemos que cargar la cruz exigida por la fidelidad al Evangelio, a nuestra comunidad cristiana, a la familia, y a nuestro trabajo en la vida. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre.

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