Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

Salvados por gracia

Description

Lunes 21 de Octubre, 2024

 

29 Semana en Tiempo Ordinario

 

SALVADOS POR GRACIA

 

Oración Colecta

Señor Dios nuestro:

Nosotros somos tu obra de arte.

Cuando estábamos condenados a muerte por el pecado,

tú nos llamaste a la vida por medio de la muerte de tu Hijo Jesús.

Señor, ábrenos a tu Amor y a tu Vida,

otorgadas gratuitamente como don,

sin precio ni pesar,

y danos un corazón agradecido.

Que aprendamos de ti y de tu Hijo

a ponernos generosamente al servicio de nuestros hermanos,

por el mismo Jesucristo nuestro Señor.

 

Primera lectura: Efesios 2,1-10: Nos ha hecho vivir con Cristo

La carta a los Efesios nos habla de nuestra salvación gratuita por la muerte y Resurrección de Jesucristo. Nos colma de una alegría nada comparable a la humana: una alegría profunda e infinita porque Dios, rico en misericordia, por el gran Amor con que nos ama, aun estando nosotros muertos por el pecado, nos dio su Vida, la vida que no acaba.

Hermanos: Ustedes estaban muertos por sus delitos y pecados, porque en otro tiempo vivían según los criterios de este mundo, obedeciendo al que está al frente de las fuerzas invisibles del mal, a ese espíritu que ejerce su acción ahora sobre los que resisten al Evangelio. Entre ellos estuvimos también nosotros, pues en otro tiempo vivíamos sujetos a los instintos, deseos y pensamientos de nuestro desorden y egoísmo, y estábamos naturalmente destinados al terrible castigo de Dios, como los demás.

Pero la misericordia y el amor de Dios son muy grandes; porque nosotros estábamos muertos por nuestros pecados, y él nos dio la vida con Cristo y en Cristo. Por pura generosidad suya, hemos sido salvados. Con Cristo y en Cristo nos ha resucitado, y con él nos ha reservado un sitio en el cielo. Así, en todos los tiempos, Dios muestra por medio de Cristo Jesús, la incomparable riqueza de su gracia y de su bondad para con nosotros.

En efecto, ustedes han sido salvados por la gracia, mediante la fe; y esto no se debe a ustedes mismos, sino que es un don de Dios. Tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir, porque somos hechura de Dios, creados por medio de Cristo Jesús para hacer el bien que Dios ha dispuesto que hagamos.

 

Salmo Responsorial

Salmo 99, 2. 3. 4. 5

R. (3b) El Señor es nuestro dueño.
Alabemos a Dios todos los hombres,
sirvamos al Señor con alegría
y con júbilo entremos en su templo. R.
R. El Señor es nuestro dueño.
Reconozcamos que el Señor es Dios,
que él fue quien nos hizo y somos suyos,
que somos su pueblo y su rebaño. R.
R. El Señor es nuestro dueño.
Entremos por sus puertas dando gracias,
crucemos por sus atrios entre himnos,
alabando al Señor y bendiciéndolo. R.
R. El Señor es nuestro dueño.
Porque el Señor es bueno, bendigámoslo,
porque es eterna su misericordia
y su fidelidad nunca se acaba. R.
R. El Señor es nuestro dueño.

 

Aclamación antes del Evangelio

Mt 5, 3

R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
R. Aleluya.

 

Evangelio: Lc 12,13-21: Lo que has acumulado, ¿de quién será?

Cuando Jesús habla abiertamente contra los ricos, no intenta condenarlos sino liberarlos. Lo que él denuncia no es el hecho de que tengan bienes materiales sino su propio apego a ellos y el uso egoísta que hacen de sus riquezas acumulando y atesorando indiferentes al hambre y la sed de tantos hermanos y hermanas sobre la Tierra, que son despojados de sus más mínimos derechos.

En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”. Pero Jesús le contestó: “Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?”

Y dirigiéndose a la multitud, dijo: “Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea”.

Después les propuso esta parábola: “Un hombre rico tuvo una gran cosecha y se puso a pensar: ‘¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida’. Pero Dios le dijo: ‘¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?’ Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios”.

 

Oración de los Fieles

  • Con corazón agradecido, porque Dios nos ha hecho sus hijos e hijas en Cristo Jesús, roguemos al Señor.
  • Con corazón bondadoso y cariñoso, porque Dios nos ha traído la paz para con él, para con nuestros hermanos y para con nosotros mismos, roguemos al Señor.
  • Con corazón abierto de par en par, con el que podamos amar a la multitud de hermanos y hermanas que la gracia de Dios nos ha dado en la Iglesia, roguemos al Señor.

Oración sobre las Ofrendas

Oh Dios, Señor nuestro:

En estos signos de pan y vino

recordamos a Jesús, tu Hijo,

que se dio a sí mismo para todos

como Pan partido y repartido,

y como vino para ser escanciado para nuestra alegría.

Danos el espíritu de Jesús,

para que nosotros también nos comprometamos

a hacer felices a los que nos rodean.

Que, como el obispo Ignacio,

estemos dispuestos a aceptar el sufrimiento

si ése es el precio que hay que pagar

para ser fieles a ti y a tu Pueblo.

Te lo pedimos por medio de Jesucristo nuestro Señor.

 

Oración después de la Comunión

Oh Señor, Dios nuestro, siempre fiel:

Por su amor hacia ti y hacia nosotros,

ningún sufrimiento fue demasiado doloroso para tu Hijo,

ninguna muerte demasiado costosa

para alcanzar para nosotros vida y felicidad eternas.

Por medio de esta eucaristía, ayúdanos a aceptar

las invitaciones y los riesgos del amor.

Ayúdanos a seguir fielmente a tu Hijo

como San Ignacio de Antioquía,

viviendo no para nosotros sino para los demás.

Danos también la certeza

de que el dolor y la misma muerte no son el final

sino las semillas de un nuevo comienzo

y de una nueva vida,

en Cristo Jesús, nuestro Señor.

 

Bendición

Hermanos: Todo es gracia, todo es don tuyo, dado graciosa y gratuitamente a nosotros. Incluso el uso de nuestros talentos y nuestro trabajo es don de Dios. Compartamos también nuestro amor a nuestro prójimo y demos nuestra ayuda generosa a los hermanos que sufren. Y que la bendición del Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y les acompañe siempre.

 

BibleClaret

Hong Kong

Síguenos

Copyright © Bibleclaret 2025. All Rights Reserved.