A él, que, con su poder que actúa eficazmente en nosotros, puede hacer infinitamente más de lo que le pedimos o entendemos, le sea dada la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, por todas las edades y por todos los siglos. Amén.
Jueves 24 de Octubre, 2024
29 Semana en Tiempo Ordinario
“HE VENIDO A PRENDER FUEGO”
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Tú nos has hecho libres en Cristo,
libres de nuestro egoísmo,
libres de la vergüenza y del miedo,
libres para la vida y el servicio.
Oh Dios nuestro,
acepta nuestra acción de gracias
por este formidable don gratuito.
Danos fuerza, día a día,
para crecer en esta libertad
y para ayudar a nuestro pequeño o ancho mundo
a alcanzar la misma libertad
contra el pecado y sus consecuencias:
la injusticia, el sufrimiento y la opresión.
Y que un día podamos ser plenamente libres
en tu mansión eterna,
por Jesucristo tu hijo nuestro Señor.
Primera Lectura: Efesioa 3,14-21: Que el amor sea cimiento
Abrumados por la belleza y la responsabilidad de su ministerio y de la vida cristiana, el autor de Efesios ruega que los que creen reciban las riquezas de seguir a Cristo. Después da gracias y alabanza al Padre celestial. Hagamos también nuestra esa plegaria.
Hermanos: Me arrodillo ante el Padre, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra, para que, conforme a los tesoros de su bondad, les conceda que su Espíritu los fortalezca interiormente y que Cristo habite por la fe en sus corazones. Así, arraigados y cimentados en el amor, podrán comprender con todo el pueblo de Dios, la anchura y la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo, y experimentar ese amor que sobrepasa todo conocimiento humano, para que así queden ustedes colmados con la plenitud misma de Dios.
A él, que, con su poder que actúa eficazmente en nosotros, puede hacer infinitamente más de lo que le pedimos o entendemos, le sea dada la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, por todas las edades y por todos los siglos. Amén.
R. (5b) Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Que los justos aclamen al Señor;
es propio de los justos alabarlo.
Demos gracias a Dios, al son del arpa,
que la lira acompañe nuestros cantos. R.
R. Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Sincera es la palabra del Señor
y todas sus acciones son leales.
El ama la justicia y el derecho,
la tierra llena está de sus bondades. R.
R. Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Los proyectos de Dios duran por siempre
los planes de su amor, todos los siglos.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor;
dichoso el pueblo que escogió por suyo. R.
R. Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen
y en su bondad confían;
los salva de la muerte
y en épocas de hambre les da vida. R.
R. Dichoso el pueblo escogido por Dios.
R. Aleluya, aleluya.
Todo lo considero una pérdida y lo tengo por basura,
para ganar a Cristo y vivir unido a él.
R. Aleluya.
Evangelio: Lucas 12,49-53: No he venido a traer paz
Hoy el Señor nos confronta con esta pregunta: ¿Cómo es de ardiente tu fe y tu amor a Cristo? ¿Puede tu fe aguantar el rechazo y la burla sin reducirse a la negación o al silencio vergonzoso? Si nuestro amor al Señor y a la gente fuera suficientemente fuerte, no toleraríamos esa paz facilona que adormece nuestra conciencia. Que el fuego del Espíritu arda en nosotros.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y cómo me angustio mientras llega!
¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra’’
Oración de los Fieles
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, Padre nuestro:
Estos dones de pan y vino son humildes ofrendas,
pero representan todo el amor de que somos capaces.
Dales vida, para que se conviertan
en el signo viviente de tu Amor hacia los hombres,
personificado en Jesucristo.
Llena nuestras palabras triviales
de un espíritu de servicio cariñoso
que brote del corazón.
Y llena también nuestros torpes gestos
de amor al prójimo
con la integridad y plenitud
del Amor de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Oh Dios, Padre nuestro:
Tu Hijo vino a traer fuego a la tierra;
él mismo experimentó el fuego
de la condición de la vida humana.
Haznos comprender, Señor, y aceptar
que no queremos paz a cualquier costo.
Danos el fuego de tu Espíritu
para que no busquemos seguridad
en la autosatisfacción del status quo
sino que nos comprometamos
a llevar a cabo animosamente nuestra misión,
como Jesús, Hijo tuyo y Señor nuestro
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: Con demasiada frecuencia el fuego de la fe y del amor fácilmente se extingue en nosotros. No somos héroes, o quizás, si acaso, muy raramente. Nos es más fácil vivir tranquilamente en paz, sin complicarnos la vida. Que el Señor nos preserve de una paz mediocre y culpable, y guarde el fuego de la fe y del amor vivo en nosotros, con su bendición. Y así, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.