Sábado 21 de Enero
2a Semana Ordinario
SANTA INÉS, Virgen y Mártir
Introducción
Pocos santos han sido tan populares en Roma como esta niña de doce o trece años llamada Santa Inés. En un tiempo de masivas defecciones de la fe, en el año 305, aguantó la tortura del martirio con sano idealismo y con paciente fidelidad. En ella vemos que también los jóvenes son capaces de adoptar difíciles decisiones. Su nombre se deriva o del griego agnos (pura) o del latín agnus (cordero). Quizás por eso es tradición que hoy, en Roma, el Papa bendice lindos corderillos con cuya lana se tejerá el palio (sencilla cinta litúrgica reservado a los arzobispos).
Oración Colecta
Oh Dios y Padre nuestro:
La juventud y la inocencia no son obstáculo
para comprender el mensaje de tu Hijo
y para seguirlo con coraje y valor.
Que la callada fuerza de Santa Inés nos inspire
a no avergonzarnos de tu Hijo
y de su mensaje de vida y libertad,
aunque tengamos que afrontar contradicciones.
Ya que llevamos, como cristianos,
el nombre de tu Hijo,
ayúdanos a ser siempre fieles a él,
porque él es nuestro Señor y Salvador
por los siglos de los siglos.
Heb 9,2-3.11-14: Entró en el santuario para siempre
Sal 47: Dios, el Señor, asciende entre aclamaciones, al son de trompetas
Mc 3,20-21: Sus parientes lo creyeron fuera de sí
Entró Jesús en la casa y se reunió tal multitud que no podían ni comer. 21Sus familiares, que lo oyeron, salieron a calmarlo, porque decían que estaba fuera de sí.
Oración de los Fieles
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios y Padre nuestro:
Al ofrecer este pan y este vino
recordamos cómo tu Hijo entregó su vida
por nosotros, sus amigos.
Que él nos colme con valor y fortaleza renovados
para seguir sus huellas
y para vivir cercanos a él
en la vida y en la muerte,
porque él nuestro Señor
por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor, Dios todopoderoso:
Por medio de lo que es joven y frágil
tú avergüenzas muchas veces
a los que con orgullo piensan
que son experimentados y fuertes.
Por la Palabra y por el Cuerpo de Jesucristo,
danos el valor y la fuerza para cumplir
con las exigencias del Evangelio.
Que, como para Santa Inés,
tu Hijo signifique tanto para nosotros
que sea él nuestra vida, aun en la muerte;
y que con él nos alcemos
por encima del dolor y el sufrimiento,
porque él es nuestro Señor y Salvador
por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: La gente no les dejaba tiempo, a Jesús y a sus discípulos, ni para comer. ¿Estamos nosotros ávidos y deseosos de conocer a Jesús y su Evangelio, Buena Nueva de Salvación? Ojalá lleguemos a conocerlo profundamente; y entonces conoceremos mejor también qué sentido tiene nuestra vida. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.
¿Alguna vez nos hemos imaginado a Dios rey? Nuestros pueblos carecen de esta figura, por lo que, cuando pensamos en un rey, imaginamos usualmente a los monarcas de Inglaterra, Dinamarca o Qatar, que viven en lujo y riqueza, lejos del resto del pueblo ¿Es así como imaginamos a Dios? En la Biblia, la idea de Dios como rey es una metáfora. Indica que Dios y su pueblo viven la soberanía, que se encarga de traer justicia, proveer seguridad, pan y paz. Jesús fue también llamado rey, pero él rechazó este título. Jesús, como Hijo de Dios, nos enseñó la importancia de la humildad, la fraternidad, el cuidado del prójimo y la justicia. Por este estilo de vida en , y volcado a la solidaridad, preocupó a los de su núcleo familiar que lo consideraban fuera de sí. Seguimos a un Jesús que se opuso a toda clase de egoísmo y trato violento. A un Jesús que nos invita a construir un Reino basado en la paz, el amor y la plenitud de la justicia.