Jueves 26 de Enero
3a Semana Ordinario
SANTOS TIMOTEO Y TITO
Introducción
Hoy celebramos la fiesta de dos asociados cercanos al apóstol Pablo. Pablo los puso al cuidado de comunidades cristianas y les escribió cartas para decirles lo que se espera de líderes de tales comunidades, especialmente de cómo deben ser siervos, servidores y modelos del Pueblo a ellos encomendado.
Oración Colecta
Dios y Señor nuestro:
Los Santos Timoteo y Tito, asistentes de San Pablo,
transmitieron a otros la poderosa Palabra de tu Hijo
y trataron de vivir fielmente según ella.
Da a tu Iglesia líderes creíbles
que ejerzan el liderazgo
viviendo según la palabra
y según el estilo de vida de Jesús.
Que sus palabras muevan nuestros corazones
y nos traigan la nueva vida
de Jesucristo nuestro Señor.
2Tm 1,1-8: «Refresca tu fe sincera»
Sal 96: «Cuenten las maravillas del Señor a todas las naciones»
Lc 10,1-9: Los trabajadores son pocos
Designó el Señor a otros setenta y dos y los envió por delante, de dos en dos, a todas las ciudades y lugares adonde pensaba ir. 2Les decía: «La cosecha es mucha, los trabajadores, pocos; rueguen al dueño de los campos que envíe obreros a su cosecha. 3Vayan, que yo los envío como ovejas entre lobos. 4No lleven bolsa ni alforja ni sandalias. Por el camino no saluden a nadie. 5Cuando entren en una casa, digan primero: “Paz a esta casa”. 6Si hay allí alguno digno de paz, la paz descansará sobre él. De lo contrario, la paz regresará a ustedes. 7Quédense en esa casa, comiendo y bebiendo lo que haya; porque el obrero tiene derecho a su jornal. No vayan de casa en casa. 8Si entran en una ciudad y los reciben, coman de lo que les sirvan. 9Sanen a los enfermos que haya y digan a la gente: El reinado de Dios ha llegado a ustedes».
Oración de los Fieles
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
La gente confió y se entregó a tu Hijo
porque vieron que él era auténtico y genuino.
Haz a los ministros de tu Palabra
cercanos y disponibles para su Pueblo.
Que aprendan de tu Hijo
a darse a sí mismos sin pesar
como un pedazo de Pan partido y compartido
y como una copa de vino que alegra
pasado de mano en mano,
junto con Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Tu Hijo Jesucristo nos ha hablado aquí
y ha partido para nosotros el Pan de sí mismo.
Envíanos líderes que sigan recordándonos
su Palabra de vida y esperanza
y sus obras de Amor salvador.
Que estos dones nos unan a todos juntos
como una comunidad de servicio
en la que tu Hijo está vivo
como Señor nuestro
por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: ¡Que la luz brille y resplandezca! O mejor, que la luz de Cristo brille en ustedes, pues sólo somos luces de fe, hasta el punto de que reflejamos la luz del mensaje y de la vida de Cristo. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.
Dice un proverbio que la cuerda de tres hilos es más difícil de romper (Ecle 4,12), idea que comprendemos cuando en un momento de adversidad hemos podido seguir adelante por una mano solidaria o un hombro que nos sostiene y nos llena de fuerza. Tanto el evangelista Lucas como el Apóstol Pablo comprendían que este adagio se hacía realidad al construir el Reino en Misión Compartida. Lucas presenta a Jesús enviando a sus discípulos a ciudades y pueblos con un mensaje de paz y el anuncio del Reino. Esta tarea no es individual, sino que se realiza de dos en dos. Pablo comprende que la caminata cristiana trae dificultad y tribulación, e invita a Timoteo a encontrar apoyo y compañía en él. Lucas y Pablo nos recuerdan que el proyecto del Reino se construye en comunidad. ¿Encontramos apoyo en momentos difíciles?, ¿damos nuestro aliento y solidaridad a quienes van a nuestro lado? Que el Señor nos guíe a construir en alianzas compartidas su Reino de amor y de justicia.