Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

Tiempo de Penitencia

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 Jueves 6 de Marzo

 

Jueves después de Ceniza

 

JUEVES DESPUÉS DEL MIÉRCOLES DE CENIZA

 

TIEMPO DE PENITENCIA

 

LA FIDELIDAD TRAE VIDA

 

Oración Colecta

Señor Dios nuestro:
Tú nos amas y nos invitas
a participar de tu propia vida y alegría,
por medio de una decisión profundamente personal.
Ayúdanos a elegirte a ti y a la vida
y a permanecer siempre fieles y leales
a esta opción fundamental,
por el poder de Jesucristo, tu Hijo,
que fue leal a ti y a nosotros,
ahora y por los siglos de los siglos.

 

Primera Lectura: Deut 30,15-20

El texto del Deuteronomio que hoy vamos a oír nos remite a la libertad con la que Dios nos ha creado para seguir sus caminos o enredarnos y dejarnos seducir por los falsos dioses del individualismo, la ambición de poder, las egolatrías, los egoísmos... Nuestras opciones son decisivas para alcanzar “la tierra prometida”.

 

Esto dice el Señor: “Mira: Hoy pongo delante de ti la vida y el bien o la muerte y el mal. Si cumples lo que yo te mando hoy, amando al Señor tu Dios, siguiendo sus caminos, cumpliendo sus preceptos, mandatos y decretos, vivirás y te multiplicarás. El Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla. Pero si tu corazón se resiste y no obedeces, si te dejas arrastrar y te postras para dar culto a dioses extranjeros, yo te anuncio hoy que perecerás sin remedio y que, pasado el Jordán para entrar a poseer la tierra, no vivirás muchos años en ella.

Hoy tomo por testigos al cielo y a la tierra de que les he propuesto la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Elige la vida y vivirás, tú y tu descendencia, amando al Señor tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a él; pues en eso está tu vida y el que habites largos años en la tierra que el Señor prometió dar a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob”.
 

Salmo Responsorial

Salmo 1, 1-2. 3. 4 y 6
 
R. (Sal 39, 5a) Dichoso el hombre que confiá en el Señor.
Dichoso el hombre que no se guía
por mundanos criterios,
que no anda en malos pasos
ni se burla del bueno,
que amala ley de Dios
y se goza en cumplir sus mandamientos.
R. Dichoso el hombre que confiá en el Señor.
Es como un árbol plantado junto al rio.
que da fruto a su tiempo
y nunca se marchita.
En todo tendrá éxito.
R. Dichoso el hombre que confiá en el Señor.
En cambio los malvados
serán como la paja barrida por el viento.
Porque el Señor protege el camino del justo
y al malo sus caminos acaban por perderlo.
R. Dichoso el hombre que confiá en el Señor.
 

Aclamación antes del Evangelio

Mt 4, 17
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Arrepiéntanse, dice el Señor,
porque ya está cerca el Reino de los cielos.
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

 

Evangelio: Lc 9,22-25
Jesús nunca nos dijo que seguirlo fuera cómodo, que nos facilitara las cosas, como sucede a veces cuando seguimos a algún poderoso o influyente de este mundo. Pero él mismo abrazó su cruz para demostrarnos que, uniendo nuestros dolores al suyo, siempre, la cruz se transforma en resurrección.

 

Lc 9,22-25: «Quién pierda su vida por mí la salvará»

 

En aquel tiempo Jesús añadió: «El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser rechazado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, tiene que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día». 23Y a todos les decía:« El que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz cada día y sígame. 24El que quiera salvar su vida la perderá; pero quien pierda su vida por mí la salvará. 25¿De qué le vale al hombre ganar el mundo entero si se pierde o se malogra él?»

 

Oración de los Fieles

Señor Dios nuestro, necesitamos de tu Palabra y de tu Eucaristía para volver a decirte sí cada día. Por esto te decimos: R/Queremos ser verdaderos discípulos tuyos.

  • Para que Dios nos dé cada día la fuerza y determinación necesarias para seguirlo, incluso cuando la opción entre el bien y el mal sea difícil, roguemos al Señor.
  • Por la Iglesia, nuevo Pueblo de Dios, para que tengamos la capacidad de discernir, y el coraje de aceptar, que el Evangelio es la única fuerza capaz de transformarnos y transformar el mundo, roguemos al Señor.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro:
Jesús siguió el camino de la cruz
porque quiso ser leal a ti
al precio que fuera.
Que nosotros seamos también leales a él
 y sepamos aceptar generosamente en la vida,
sin rebeldía ni desaliento,
las cruces que salen a nuestro encuentro.
Que Cristo nos dé esa fuerza ahora,
para que vivamos con él
por los siglos de los siglos.

 

Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro:
Con la fuerza de esta eucaristía,
regresamos ahora a nuestro trabajo

y a nuestros hermanos.
Ayúdanos a vivir nuestra fe de modo coherente
como Cristo quiere que la vivamos,
sin trampa ni regateo.
Que Cristo nos dé esta fuerza
para ser fieles y leales a su persona,
ahora y por los siglos de los hijos.

 

Bendición

Hermanos: Que Dios bendiga y dé su fortaleza a los que aceptan y ofrendan las dificultades de la vida y a cuantos pierden su vida por la causa de Jesús. Recibirán el ciento por uno: El reino de los cielos. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre.

 

Jesús nos comparte su propia experiencia respecto de la misión encomendada por parte  del Padre. La opción por el Reino, que busca cambiar el mundo a la manera de Dios, no es neutral y tiene consecuencias. Se trata de vivir apasionadamente la vida y sus relaciones, como camino de encuentro, diálogo y Salvación. La lógica de la aceptación-rechazo de dicha misión toca las fibras más íntimas de las personas y probablemente sacude aquellas aspiraciones y/o necesidades de aceptación y pertenencia. Parece que la aprobación de quienes nos rodean nos completa o reafirma. Pero el mensaje de Jesús nos pide optar por aquello que cuida y defiende la vida; su propuesta no deja indiferente a nadie. Las palabras y el estilo de vida de Jesús cuestionan profundamente valores, creencias, pensamientos, acciones, vínculos, proyectos. Vivir a contracorriente del sistema-mundo en que vivimos no es tarea fácil. ¿Qué necesitas para sumarte a aquellas causas que defienden la vida? ¡Acepta la invitación de cargar y encargarte de la realidad como lo hizo Jesús!

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