Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

"El pueblo sufre"

Description

Jueves 20 de Marzo, 2025

 

Segunda Semana de Cuaresma

 

“EL PUEBLO SUFRE. MIRA SUS NECESIDADES”

 

 

Oración Colecta

Señor Dios nuestro:

Muchos de nosotros

nunca disfrutamos tanto como ahora

del bienestar y la vida,

y por eso nos hemos vuelto

engreídos y satisfechos de nosotros mismos,

felices en nuestro pequeño mundo egoísta.

Oh Dios, haz que nuestros oídos

permanezcan abiertos a tu Palabra

y nuestros corazones abiertos a ti

y también a nuestros hermanos.

No permitas que, en nuestra situación de bienestar,

nos olvidemos de ti y de los hermanos,

o que pongamos nuestra esperanza solo en nosotros mismos.

Danos la sana inquietud de buscarte a ti, siempre y en todo,

por medio de Jesucristo nuestro Señor.

 

Primera Lectura: Jeremías 17,5-10: Bendito quien confía en el Señor

Dios nos aclara que los que, con autosuficiencia, ponemos nuestra fe en nosotros mismos y en los medios o recursos materiales que poseemos, estamos lejos de él y de su Reino.

Esto dice el Señor:
"Maldito el hombre que confía en el hombre,
que en él pone su fuerza
y aparta del Señor su corazón.
Será como un cardo en la estepa,
que nunca disfrutará de la lluvia.
Vivirá en la aridez del desierto,
en una tierra salobre e inhabitable.

Bendito el hombre que confía en el Señor
y en él pone su esperanza.
Será como un árbol plantado junto al agua,
que hunde en la corriente sus raíces;
cuando llegue el calor, no lo sentirá
y sus hojas se conservarán siempre verdes;
en año de sequía no se marchitará
ni dejará de dar frutos.

El corazón del hombre
es la cosa más traicionera y difícil de curar.
¿Quién lo podrá entender?
Yo, el Señor, sondeo la mente
y penetro el corazón,
para dar a cada uno según sus acciones,
según el fruto de sus obras".
 

Salmo Responsorial

Salmo 1, 1-2. 3. 4 y 6
 
R. (Sal 39, 5a) Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Dichoso aquel que no se guía
Por mundanos criterios,
que no anda en malos pasos
ni se burla del bueno,
que ama la ley de Dios
y se goza en cumplir sus mandamientos.
R. Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Es como un árbol plantado junto al río,
que da fruto a su tiempo
y nunca se marchita.
En todo tendrá éxito.
R. Dichoso el hombre que confía en el Señor.
En cambio los malvados
serán como la paja barrida por el viento.
Porque el Señor protege el camino del justo,
y al malo sus caminos acaban por perderlo.
R. Dichoso el hombre que confía en el Señor.
 

Aclamación antes del Evangelio

Cfr Lc 8, 15
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor
con un corazón bueno y sincero,
y perseveran hasta dar fruto.
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

 

Evangelio: Lucas 16,19-31: Recibiste bienes y Lázaro males

En el evangelio de hoy, Jesús profundiza el mensaje de la Primera Lectura con la parábola del rico y Lázaro para instruirnos acerca de que los que más poseen no son condenados precisamente porque tengan más que los demás sino por ser insensibles a las necesidades de sus hermanos, las más evidentes y también las otras, las que muchos cargan calladamente.

En aquel tiempo dijo Jesús a los fariseos: «Había un hombre rico que vestía de púrpura y lino y todos los días hacía espléndidos banquetes. 20Echado a la puerta del rico había un pobre cubierto de llagas llamado Lázaro, 21que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamerle sus heridas. 22Murió el pobre y los ángeles lo llevaron junto a Abrahán. Murió también el rico y lo sepultaron. 23Estando en el lugar de los muertos, en medio de tormentos, alzó la vista y divisó a Abrahán y a Lázaro a su lado. 24Lo llamó y le dijo: “Padre Abrahán, ten piedad de mí y envía a Lázaro, para que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua; pues me torturan estas llamas”. 25Respondió Abrahán: “Hijo, recuerda que en vida recibiste bienes y Lázaro por su parte desgracias. Ahora él es consolado y tú atormentado. 26Además, entre ustedes y nosotros se abre un inmenso abismo; de modo que, aunque se quiera, no se puede atravesar desde aquí hasta ustedes ni pasar desde allí hasta nosotros”. 27Insistió el rico: “Entonces, por favor, envíalo a casa de mi padre, 28donde tengo cinco hermanos; que les advierta no sea que también ellos vengan a parar a este lugar de tormentos”. 29Le dice Abrahán: “Tienen a Moisés y los profetas: que los escuchen”. 30Respondió: “No, padre Abrahán; si un muerto los visita, se arrepentirán”. 31Le dijo: “Si no escuchan a Moisés ni a los profetas, aunque un muerto resucite, no le harán caso”».

 

Oración de los Fieles

Oremos a Dios, nuestro Padre, para que nos haga perceptivos, atentos y dispuestos a involucrarnos con Esperanza en los dolores de nuestro tiempo diciendo: R/Sálvanos de la indiferencia y el egoísmo, Señor.

  • Por los pobres y desposeídos, por los que viven totalmente al margen de un digno bienestar y de la sociedad, roguemos al Señor.
  • Por los que tienen la mente y el corazón endurecidos y ya no ven ni las necesidades ni las ansiedades de los pobres, roguemos al Señor.
  • Por los países más pobres mundo, para que puedan tener el debido acceso a los recursos y riquezas de esta nuestra tierra, roguemos al Señor.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro:

Tú sabes lo que hay en nosotros, en nuestro corazón,

y dónde está nuestro tesoro.

Danos fe no en nosotros mismos

o en lo que nuestra creatividad y nuestras manos han hecho,

sino en lo que podemos construir

todos juntos, contigo y con tu Hijo,

para que todo lo que somos y hacemos

sea a la vez un don que procede de tu generosa bondad

y fruto de nuestro trabajo y creatividad,

y que todo contribuya a construir

un mundo más digno, más humano; un mundo mejor,

en Jesucristo nuestro Señor.

 

Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro:

Abre nuestros oídos

a las palabras que Jesús nos dirige

para que creamos en tu designio salvador

y construyamos entre todos un mundo mejor.

Abre nuestros ojos y corazones

a las necesidades de los que sufren,

para que, en tu nombre,

podamos cuidarnos fraternalmente de ellos.

Y abre definitivamente nuestros corazones a ti

para que sin cesar te amemos y alabemos

por los siglos de los siglos.

 

Bendición

Hermanos: Lo que todos necesitamos son ojos para ver las necesidades de nuestros hermanos, oídos para escuchar su estruendoso clamor que reclama justicia, misericordia y una participación equitativa de los bienes de la tierra, tanto materiales como espirituales. Que el Dios de bondad sea bueno, nos dé un corazón grande y compasivo, y lleve a cabo todo ese bello sueño en nosotros. Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.

En la comunidad lucana, generaba tensión e indignación la desigualdad entre sus miembros. Había quienes eran muy ricos y también muchos empobrecidos. El ideal de  vida propuesto por Jesús invitaba al no apego a las riquezas para evitar actitudes de indiferencia e indolencia frente a quienes pasaban necesidad. Este magnífico y dramático relato de Lázaro y el rico resume y visibiliza con claridad el desinterés con el que algunas personas viven su vínculo con los empobrecidos. Por distintos motivos no llegan ni a ver o, viendo el empobrecimiento de muchos, no les interesa ni les conmueve su situación. De la empatía hay que pasar a la compasión, ya que no basta con tener gestos de caridad o asistencia puntual; la fe nos ha de volver personas solidarias, capaces de acompañar las historias de sufrimiento y esperanza. Pidamos a Dios que nuestros pequeños mundos no nos encierren ni vuelvan indiferentes. En la comunidad a la que pertences, ¿de qué manera se lleva esperanza y solidaridad a los más vulnerables?

 

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