Miércoles 15 de Marzo
MIÉRCOLES
LOS MANDAMIENTOS, SIGNOS DE LIBERTAD y DE AMOR
Liturgia de la Palabra
Primera Lectura: Deut 4,1.5-9
Moisés guía al pueblo de Dios y le transmite sus mandamientos como el camino para liberarse de toda forma de esclavitud –de los otros dioses, del egoísmo, del rencor, de la explotación de una persona por otra…– y como signo de la Alianza de amor de Dios con su pueblo.
Evangelio: Mt 5, 17-19
Cristo categoriza los mandamientos ligándolos no a una observancia disciplinaria externa y condenatoria sino al espíritu de comunión de los creyentes con Dios y con sus hermanas y hermanos.
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Tú nos has dado tus mandamientos
para ponernos en el camino de la auténtica libertad,
libertad de todas formas de alienación.
Te pedimos que aprendamos a obedecerlos
no para salvarnos por medio de observancias
ni para hacerte favores a ti,
sino para, siendo libres,
entregarnos a ti y a tu pueblo
y vivir en tu amor,
con Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.
Dt 4,1.5-9: Obra los mandatos de Dios
Sal 147: Glorifica al Señor, Jerusalén
Mt 5,17-19: Quien cumpla y enseñe será grande en el reino
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «No piensen que he venido a abolir la ley o los profetas. No vine para abolir, sino para cumplir. 18Les aseguro que mientras duren el cielo y la tierra, ni una ‘i‘ ni una coma de la ley dejarán de realizarse. 19Por tanto, quien quebrante el más mínimo de estos mandamientos y enseñe a otros a hacerlo será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero quien lo cumpla y lo enseñe será considerado grande en el reino de los cielos».
Oración de los Fieles
En este tiempo especial de Cuaresma, de conversión, presentemos al Padre el propósito de vivir los mandamientos como fuente de libertad para cada uno y de liberación para todos, diciéndole: R/Queremos honrar tu ley por amor y no por miedo.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Tú estás cerca de nosotros, en tu Hijo Jesucristo.
Queremos que él nos haga conscientes
del precio que pagó por nuestra libertad.
Al sentarnos ahora a la mesa eucarística con él,
le pediremos la gracia y la fuerza
para darte una respuesta de libertad
y que con él te amemos a ti
como hijos e hijas tuyos,
ahora y por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Tú nos has elegido para ser tu pueblo.
Que tu Hijo esté vivo en nosotros,
para que con él te seamos fieles a ti,
y construyamos juntos
una tierra de libertad y fraternidad
hasta que tú te nos des totalmente por siempre.
Te lo pedimos por el mismo Cristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Que el gran mandamiento que nos dio Jesús –“Amen a Dios y a su prójimo como a ustedes mismos”– guíe nuestra vida y la haga rica y hermosa. Contamos con la fuerza del Señor. Y así, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.
Al tratarse de normas y leyes, la cuestión no va de cumplir por cumplir; más bien se trata de ser corresponsables de la sana convivencia con las personas y el mundo que nos rodea. Ojalá todos nos esforzáramos por vivir con pasión cada día, con gratitud por las oportunidades y en armonía. Jesús reinterpreta el espíritu contenido en las leyes, que por sí solas no generan cambios profundos. Muchos somos meros cumplidores sin estar motivados y sin que esto nos haga buenas personas. Si conectamos con las leyes de la Creación, caeremos en la cuenta que estar vivos es un milagro y una oportunidad. No se trata de vivir de cualquier manera, porque somos una posibilidad entre millones más. Al pertenecer a un grupo humano, automáticamente nos encontraremos con normas o leyes que nos orientan y esperan que las acojamos con libertad. Ojala que aquello a lo que nos adherimos nos humanice y ayude a caminar en alegría y en verdad. No sigas las leyes injustas.