Sábado 1 de Abril
REUNIENDO LO QUE ESTÁ DISPERSO;
Liturgia de la Palabra
Primera Lectura: Éx 37,21-28
Durante el tiempo de la prueba purificadora del exilio, el profeta Ezequiel predica el sueño utópico de Dios: Israel se reunirá de nuevo como un solo pueblo: una nación, una tierra, un santuario, regidos todos por un solo pastor y rey-servido, bajo el poder de un Dios en una única Alianza de paz. Hoy somos todavía tribus dispersas y divididas, dentro y fuera de la Iglesia. ¿Es la unidad para nosotros una utopía o una firme esperanza? ¿Nos damos cuenta de que la unidad se puede alcanzar solamente con respeto, amor y sacrificio?
Evangelio: Jn 11,45-57
Después de la resurrección de Lázaro, el cínico Sumo Sacerdote y otros líderes religiosos deciden condenar al molesto alborotador, Jesús, por razones oportunistas de Estado. Pero Juan, y los cristianos con él, se percatan de que la muerte de Jesús, en beneficio de todos, finalmente nos unificará a todos en su reino.
Oración Colecta
Señor Dios, creador y Padre de todos:
Tus hijos e hijas
están todavía dispersos y divididos:
Cristianos y no-cristianos,
sectas e iglesias diversas,
pretendiendo tener
los derechos exclusivos sobre tu Hijo,
y cada una de ellas llena incluso con facciones internas…
Señor, haznos soñar de nuevo el sueño
que sólo tú puedes hacer posible:
y es que todos podemos ser uno
si creemos en Jesús y lo seguimos a él,
que murió para unir todo lo que está disperso.
Por Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Ez 37,21-28: «Los haré un solo pueblo»
Interleccional Jer 31: El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño
Jn 11,45-57: Reunirá a los hijos de Dios
Muchos judíos que habían ido a visitar a María y vieron lo que hizo creyeron en él. 46Pero algunos fueron y contaron a los fariseos lo que había hecho Jesús. 47Los sumos sacerdotes y los fariseos reunieron entonces el Consejo y dijeron: «¿Qué hacemos? Este hombre está haciendo muchos milagros. 48Si lo dejamos seguir así, todos creerán en él; entonces vendrán los romanos y nos destruirán el santuario y la nación». 49Uno de ellos, llamado Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: «No entienden nada. 50¿No ven que es mejor que muera uno solo por el pueblo y no que muera toda la nación?» 51No lo dijo por cuenta propia, sino que, siendo sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús moriría por la nación. 52Y no sólo por la nación, sino para reunir en la unidad a los hijos de Dios que estaban dispersos. 53Así, a partir de aquel día, resolvieron darle muerte. 54Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se marchó a una región próxima al desierto, a un pueblo llamado Efraín, y se quedó allí con los discípulos. 55Se acercaba la Pascua judía y muchos subían del campo a Jerusalén para purificarse antes de la fiesta. 56Buscaban a Jesús y, de pie en el templo, comentaban entre sí: «¿Qué les parece? ¿Vendrá a la fiesta o no?» 57Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes para que quien conociese su paradero lo denunciase, de modo que pudieran arrestarlo.
Oración de los Fieles
Señor Dios, que nos aseguraste “Permanezcan en mi amor y darán fruto en abundancia”, te oramos por la unidad de todas las iglesias cristianas y la comunión de todos los hombres de buena voluntad en la búsqueda de paz y de justicia. Por eso te pedimos: R/Que seamos uno para que el mundo crea.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Tú nos has convocado a todos juntos
a la mesa de tu Hijo.
Únenos a todos en él;
haz que seamos una sola mente y un solo corazón,
para que podamos ser,
para un mundo dividido,
un signo de que la unidad es posible
cuando nos podemos encontrar en Cristo Jesús,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor, Dios y Padre nuestro:
Tú quieres que lleguemos a ser uno
bajo la inspiración de Cristo,
nuestro siervo y pastor.
Te pedimos que aprendamos de él
a ser servidores de amor y de verdad
y a sacrificar nuestros intereses exclusivistas
en beneficio del bien de todos.
Que bajo la guía de tu Hijo,
nosotros seamos de verdad tu pueblo
y tú nuestro Dios,
por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: ¡Qué lejos estamos todavía del ideal de ser “una sola mente y un solo corazón” en nuestro mundo, en nuestras iglesias, en nuestras comunidades cristianas! Que el Señor nos reúna a todos, a sus hijos divididos y dispersos. Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.
La sentencia de muerte hecha decreto solo espera el momento oportuno para ser ejecutada. La vida y la misión de Jesús se ve truncada por la confabulación de quienes se han sentido amenazados por su mensaje y ejemplo. La tarea de siembra, aunque intentaron frenarla, continúa gracias al testimonio y anuncio de quienes han hecho suya la misión del Reino. Encontrar chivos expiatorios o culpables resulta conveniente para quienes se dejan llevar por la codicia, asegurando la continuidad de proyectos de muerte. El aviso es intimidatorio por parte de las estructuras carcomidas por la corrupción y los abusos de poder. Se hacen pregoneros de una gran mentira porque en el fondo saben que sus proyectos no serán de beneficio para las mayorías empobrecidas. En la víspera de la Semana Santa, pidamos a Dios acompañe el caminar del pueblo que vive cuaresmas eternas Que nuestra oración de este día nos ayude a repasar nuestra propia cuaresma y reconocer con humildad si ha habido frutos.