Miércoles 8 de Mayo, 2024
Sexta Semana de pascua
EL ESPÍRITU DE LA VERDAD MORA EN NOSOTROS
Oración Colecta
Señor Dios, Padre nuestro:
Tú no estás lejos de ninguno de nosotros,
porque en ti vivimos, nos movemos y existimos,
y tú vives en nosotros
por medio de tu Santo Espíritu.
Quédate de verdad con nosotros, Señor;
envíanos tu Espíritu de la verdad
y, por medio de él,
haz que ahondemos en nuestro conocimiento
de la vida y el mensaje de tu Hijo,
para que aceptemos la verdad plena
y vivamos consistentemente conforme a ella.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Primera Lectura: Hch 17,15.22–18,1 «Les anuncio lo que veneran sin conocer»
Pablo anuncia en el areópago de Atenas al Dios desconocido. Les ofrece a aquellos hombres la verdadera identidad y el anuncio de Vida eterna de ese Dios que también los ama y que quiere congregarlos no para que lo honren en imágenes de oro o plata sino en todo lo creado, en espíritu y en verdad.
Evangelio: Jn 16,12-15 «El Espíritu los guiará hasta la verdad»
Jesús anuncia que enviará a su Espíritu de verdad plena a un mundo preñado de confusión, malos entendidos, distorsiones, engaños e ignorancia. Vivir en la verdad es el desafío y la tarea de todos los hijos de Dios. La verdad, incluso cuando cuesta, nos hace libres…
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes".
Oración de los Fieles
Te rogamos, Señor Dios, nos hagas siempre fieles mensajeros de tu Verdad liberadora. Por eso te decimos: R/Ayúdanos a vivir en tu verdad, que nos hace libres.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, Señor de cielo y tierra:
Tú nos das vida y aliento
y nos has hecho tus hijos e hijas
por medio de nuestro hermano Jesucristo.
Danos a tu Hijo ahora en esta eucaristía.
Por medio de él y de su Espíritu
planta tu tienda entre nosotros, tu pueblo,
y moldéanos en una comunidad de fe y amor,
para que sepamos establecer eficazmente tu reino
y te alabemos por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Tú nos has cerciorado de nuevo,
en esta celebración eucarística,
de que estás con nosotros
por medio de tu Hijo Jesucristo.
Que su Espíritu de verdad nos guíe
para afrontar la verdad
con todas sus consecuencias:
la verdad sobre tu Hijo y su Evangelio,
para que vivamos su vida más profundamente,
y la verdad sobre nosotros mismos
que no somos más
que pálidas imágenes y pobres testigos
de quien es nuestro Señor y Salvador
por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: Que el Espíritu de verdad venga a nosotros y nos guíe hacia la verdad plena sobre nosotros, en nuestros vínculos y en todo lo que sucede en nuestro mundo. Que Dios envíe este Espíritu y nos bendiga. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.
La Buena Nueva de Jesús siempre busca provocar cambios en el corazón creyente. La comunidad cristiana tiene la tarea de humanizar este mundo mediante los valores que enseñó Jesús. Nuestra principal misión no es adoctrinar ni enseñar religión; es sobre todo mostrar al Dios de Jesús en el buen trato, la compasión solidaria, la sanación de heridas, la dignificación de toda vida. Nos encontramos frente a una humanidad extraviada en el consumo y en el sin sentido, muchas veces sin Dios y sin interés de hacerlo parte de su vida. Necesitamos personas y comunidades que den testimonio de que sus encuentros con Dios son algo bueno, saludable y liberador. Hay que manifestar que seguirlo es haber encontrado «el camino» que lleva a la realización porque se ha podido dar valor a las cosas, pero principalmente a la vida. El Espíritu de Jesús nos guía llevándonos a esa verdad y nos ayuda a comprender el sentido redentor de los procesos humanos. Pide a Dios que te haga instrumento de su amor y misericordia.