Jueves 29 de Mayo, 2025
Sexta Semana de Pascua
“SU TRISTEZA SE CONVERTIRÁ EN GOZO”
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Cuando sufrimos profundamente
tendemos a clamar:
“Dios mío, ¿dónde estás?”
Danos a nosotros, como a pueblo que cree
que tu Hijo murió por nosotros
y por tu poder resucitó de entre los muertos,
una fe suficientemente profunda y firme
para comprender que tú estás con nosotros
incluso en las dificultades y aflicciones de la vida,
y hasta en la misma muerte.
Danos esta fe por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Primera Lectura: Hechos 18,1-8 Predicaba en la sinagoga
Pablo, entregado por entero a la predicación de la Palabra, no logró sin embargo que los judíos que lo escuchaban abrieran su corazón a Jesús Resucitado. Volvía a confirmarse que Cristo vino primero a los suyos y los suyos no lo recibieron…
En aquellos días, Pablo salió de Atenas y se fue a Corinto. Allí encontró a un judío, llamado Aquila, natural del Ponto, que acababa de llegar de Italia con su mujer, Priscila, en acatamiento a las órdenes de Claudio, que expulsó de Roma a todos los judíos. Pablo se acercó a ellos, y como eran del mismo oficio, se quedó a vivir y a trabajar con ellos. Su oficio era fabricar tiendas de campaña. Cada sábado Pablo discutía en la sinagoga y trataba de convencer a judíos y griegos.
Evangelio: Juan 16,16-20 «Su tristeza se convertirá en alegría»
Certera esperanza es para nosotros hoy la palabra de Jesús a sus discípulos antes de partir al Padre. No podían comprender lo que les decía acerca de su próxima ausencia y de su futura presencia. Solo cuando el Espíritu viniera sobre ellos lo entenderían… Y su tristeza por fin se transformaría en alegría…
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Dentro de poco tiempo ya no me verán; y dentro de otro poco me volverán a ver". Algunos de sus discípulos se preguntaban unos a otros: "¿Qué querrá decir con eso de que: 'Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver', y con eso de que: 'Me voy al Padre'?" Y se decían: "¿Qué significa ese 'un poco'? No entendemos lo que quiere decir".
Oración de los Fieles
Señor Dios, te pedimos el don de la alegría para consolar y animar a los que sufren y para cantar y alabarte incluso cuando el dolor y la injusticia nos toquen por anunciar tu nombre. Por eso te decimos: R/Danos, Señor, tu alegría que no tiene fin.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios nuestro de vida y amor:
Cuando el pueblo que elegiste e hiciste tuyo
marchaba a través del inhóspito desierto,
tú estabas allí con ellos
y les diste el maná para comer.
Líbranos de quejarnos y de murmurar
cuando las dificultades de la vida
se cruzan en nuestro camino.
En nuestros desiertos,
susténtanos con el maná de hoy,
el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
Jesucristo, nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
No lo tomes a mal cuando clamamos a ti
en los desiertos de nuestras penas y soledades.
Sigue fortaleciéndonos con el alimento reconfortante
y con la bebida de alegría de Jesús.
Y haz que percibamos también tu presencia
en la gente buena que nos rodea,
en sus palabras de consuelo y esperanza.
Danos la certeza de que tú nos conduces firmemente
hacia una alegría y una felicidad sin fin.
Concédenos esto por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Como cristianos, estamos de camino en nuestra peregrinación hacia Dios. A veces caminamos en la oscuridad, aun cuando hagamos lo mejor que podemos para que el camino de Cristo sea nuestro propio camino. Confiamos en que Dios nos dará su Espíritu para mantenernos en marcha y para guiarnos hacia nuestra meta en la vida. Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.
Como aquellos primeros discípulos, que seguían a Jesús pero sin entender acabadamente mucho de lo que les decía, también nosotros podemos vivir gran parte de nuestro ser cristianos, de nuestro discipulado, “dormidos”, sin haber llegado a comprender, experimentar y compartir a Dios en Jesucristo.
En la época de San Pablo, aun pareciendo exitosa la conversión del jefe de la sinagoga y la de muchos corintios, el apóstol tuvo que practicar la tolerancia e intensificar su comprensión en la lucha contra el fanatismo judío. Porque en aquellas primeras comunidades, como en las de hoy, muchos realmente no entendían de qué iba el Evangelio… y esto les impedía vivir en la certeza de la vida para siempre, en una fraternidad más profunda y en la Esperanza cierta de que su tristeza se convertiría en alegría.