Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

Marta, María y Lázaro

Description

Martes 29 de Julio, 2025

 

Decimoséptima Semana en Tiempo Ordinario

 

MARTA, MARÍA Y LÁZARO   

 

Introducción

El 26 de enero de 2021, el Papa Francisco ordenó la inscripción de los Santos Marta, María y Lázaro en el Calendario Romano General en sustitución de la actual celebración de Santa Marta sola.  Los Santos Marta, María y Lázaro se celebran cada año como memoria obligatoria el 29 de julio.

Celebramos la memoria de los tres amigos de Jesús de los que nos habla el Evangelio, por lo que representaron en su vida y lo que ejemplifican para la nuestra: ellos hicieron de su corazón y de su casa lugar de reposo y alegría para el Señor, además de brindarles su confiada hospitalidad y su reparador afecto poco tiempo antes de que comenzara a recorrer los caminos de su Pasión y de su muerte.

 

Oración Colecta

Honramos hoy, Señor, a Marta, María y Lázaro

Amigos de Jesús.

Danos su fe en Cristo, como Señor de la Vida

y primer fruto de la Resurrección.

Haznos servidores complacientes

los unos de los otros

atendiéndolos en sus necesidades.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

 

Primera lectura: 1 Juan 4,7-16 Si nos amamos, Dios permanece en nosotro

Queridos hijos: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. El amor que Dios nos tiene se ha manifestado en que envió al mundo a su Hijo unigénito, para que vivamos por él.

El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados.

Si Dios nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. A Dios nadie lo ha visto nunca; pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor en nosotros es perfecto.

En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado su Espíritu. Nosotros hemos visto, y de ello damos testimonio, que el Padre envió a su Hijo como salvador del mundo. Quien confiesa que Jesús es Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él.

Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en ese amor. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.

 

Salmo Responsorial 34: Bendigamos al Señor a todas horas

R. Bendigamos al Señor a todas horas.
O bien:
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Bendeciré al Señor a todas horas,
no cesará mi boca de alabarlo.
Yo me siento orgulloso del Señor;
que se alegre su pueblo al escucharlo.
R. Bendigamos al Señor a todas horas.
O bien:
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Proclamemos qué grande es el Señor
y alabemos su nombre.
Cuando acudí al Señor, me hizo caso
y me libró de todos mis temores.
R. Bendigamos al Señor a todas horas.
O bien:
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Vuélvanse a él y quedarán radiantes,
jamás se sentirán decepcionados.
El Señor siempre escucha al afligido,
de su tribulación lo pone a salvo.
R. Bendigamos al Señor a todas horas.
O bien:
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
A quien teme al Señor,
el ángel del Señor lo salva y cuida.
¡Prueben! Verán qué bueno es el Señor;
dichoso quien en él confía.
R. Bendigamos al Señor a todas horas.
O bien:
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Que amen al Señor todos sus fieles,
pues nada faltará a quienes lo aman.
El rico empobrece y pasa hambre;
a quien busca al Señor nada le falta.
R. Bendigamos al Señor a todas horas.
O bien:
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Juan 8,12

R. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.
R. Aleluya.


Evangelio: Juan 11,19-27: «Creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios»

En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a Ma¬ría para consolarlas por la muerte de su hermano Lázaro. Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa. Le dijo Marta a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora estoy segura de que Dios te concederá cuanto le pidas".

Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará". Marta respondió: "Ya sé que resucitará en la resurrección del último día". Jesús le dijo: "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto?" Ella le contestó: "Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo"

 

O bien:

Lucas 10,38-42

En aquel tiempo, Jesús entró en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Marta, entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercándose a Jesús, le dijo: "Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude".

El Señor le respondió: "Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará".

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro:

En cada eucaristía

el Señor nos sienta a su mesa y nos sirve.

Que él nos colme de su amor y entrega

para servir gozosamente a nuestros hermanos

sin imponernos sobre ellos,

sino con total sencillez

ya que sabemos que en ellos estamos sirviendo

al mismo Jesucristo nuestro Señor.

 

Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro:

En esta eucaristía

tu Hijo Jesucristo nos ha alimentado

con el Pan de resurrección y de vida.

Te pedimos que, fortalecidos por este alimento,

nos aleje de todas las cosas pasajeras,

para que, a ejemplo de Marta, María y Lázaro,

podamos crecer en la tierra

en un auténtico amor a ti y gozar en el cielo,

contemplándote eternamente.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Dios no deja de salir a nuestro encuentro y de llamarnos a una vida capaz de amar plenamente. Marta representa la figura de las personas creyentes que se acercan a Dios para pedir su intervención en situaciones límite; su pena o angustia es tan grande que es difícil percibir su paso o presencia. Y Dios no necesariamente interviene según petición o deseo, porque incluso respeta la libertad de los procesos o leyes naturales. Lo que si nos muestra es su capacidad para sostener la vida y regenerarla. Con Dios vivimos una relación, y, como toda relación, es un proceso de cercanía y lejanía; a veces experimentamos una profunda relación con Él, y a veces nuestros propios intereses ocupan su lugar y terminamos perdiéndonos y rompiendo la comunión, incluso con quienes nos rodean. A todo esto, la presencia de Jesús en el hogar de Betania es la de un amigo, compañero y maestro que consuela, sostiene y acompaña en la noche oscura de la fe. ¡Déjate sostener por Dios!

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