Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

Lorenzo, Diácono, Mártir

Description

Sábado 10 de Agosto, 2024

 

18a Semana Ordinario

 

SAN LORENZO, Diácono y Mártir

 

Introducción

Como diácono, a Lorenzo le encargaron los pobres de Roma. Cuando se vio obligado a entregar los bienes de la Iglesia a los perseguidores, los distribuyó entre los pobres. Cuando le preguntaron dónde estaban los tesoros de la Iglesia, él les mostró a los pobres... Murió como mártir, asado vivo a la parrilla. Roma lo venera como uno de los más grandes santos. Es co-patrón de Roma juntamente con Pedro y Pablo. Ojalá aprendamos de él su servicio leal hasta la última instancia.

 

Oración Colecta

Oh Dios bueno y generoso:

Tú quieres que seamos para todos

ministros de tu generosidad y alegría.

Ayúdanos a expresarte nuestra gratitud a ti

y a revelar tu bondad

compartiendo lo que somos y tenemos

con alegría y con toda sinceridad

como el diácono San Lorenzo,

que imitó le entrega de sí mismo

de tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor.

 

Primera lectura: 2 Corintios 9,6-10: Dios ama al que da con alegría

Hermanos: Recuerden que el que poco siembra, cosecha poco, y el que mucho siembra cosecha mucho. Cada cual dé lo que su corazón le diga y no de mala gana ni por compromiso, pues Dios ama al que da con alegría. Y poderoso es Dios para colmarlos de toda clase de favores, a fin de que, teniendo siempre todo lo necesario, puedan participar generosamente en toda obra buena. Como dice la Escritura: Repartió a manos llenas a los pobres; su justicia permanece eternamente.

Dios, que proporciona la semilla al sembrador y le da pan para comer, les proporcionará a ustedes una cosecha abundante y multiplicará los frutos de su justicia.

 

Salmo Responsorial

Salmo 111, 1-2. 3-4. 5-7a. 7b-8. 9

R. (5a) Dichoso el hombre honrado, que se compadece y presta.
Dichosos los que temen al Señor
y aman de corazón sus mandamientos;
poderosos serán sus descendientes.,
Dios bendice a los hijos de los buenos.
R. Dichoso el hombre honrado, que se compadece y presta.
Quienes, compadecidos, prestan
y llevan su negocio honradamente
jamás se desviarán;
vivirá su recuerdo para siempre.
R. Dichoso el hombre honrado, que se compadece y presta.
No temerán malas noticias,
puesto que en el Señor viven confiados.
Firme está y sin temor su corazón,
pues vencidos verán a sus contrarios.
R. Dichoso el hombre honrado, que se compadece y presta.
Al pobre dan limosna,
obran siempre conforme a la justicia;
su frente se alzará llena de gloria.
R. Dichoso el hombre honrado, que se compadece y presta.

 

Aclamación antes del Evangelio

Jn 8, 12

R. Aleluya, aleluya.
El que me sigue no caminará en la oscuridad,
y tendrá la luz de la vida, dice el Señor.
R. Aleluya.

 

Evangelio: Juan 12,24-26: «A quien me sirva, el Padre lo premiará»

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo les aseguro que si el grano de trigo sembrado en la tierra no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna.

El que quiera servirme que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre’’.

 

Oración de los Fieles

 

  • Para que seamos discretos y prudentes, además de generosos, al ayudar a la gente en necesidad, roguemos al Señor.
  • Para que aprendamos a ver las silenciosas necesidades de gente tímida, sencilla y humilde, roguemos al Señor.
  • Para que el Señor nos haga alegres y generosos de corazón para ponernos a la acción, roguemos al Señor.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios, vida y alegría nuestra:

Tú nos das no solamente lo que necesitamos,

sino que nos das lo mejor de ti mismo

en tu Hijo Jesucristo.

Acepta de nuestras manos

estos dones humildes de pan y vino,

que hemos recibido de ti,

 

y que, a través de ellos,

Cristo venga a estar entre nosotros.

Que este pan y este vino expresen que también nosotros

estamos dispuestos a compartir con otros

sin pedir favor alguno o recompensa.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

 

Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro:

Los dones que nos das son humildes y velados,

como la entrega de tu Hijo

en los signos de pan y vino.

Oh Dios, tú que miras las profundidades de nuestro corazón,

enséñanos a compartir sin exhibicionismo,

para que nuestra mano izquierda no sepa

lo que nuestra mano derecha está dando.

Que experimentemos suficiente alegría

al saber que tú conoces

lo que hay en nuestro corazón y en nuestras manos.

Concédenos todo esto por Cristo nuestro Señor.

 

Bendición

Hermanos: “Cuanto más siembran, más cosechan.” Aprendamos de Dios a ser generosos, porque no es tacaño con sus dones. Dios ama al que da con alegría. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.

  

Comentario:

El evangelio de hoy quiere hacernos caer en la cuenta del valor que tienen nuestros sacrificios, renuncias o rupturas, siempre y cuando se hagan de corazón y para producir frutos de vida. Nos invita a cuidarnos de caer en excesos y en las trampas de un sistema que nos vuelve sujetos de deseos sin criterio y sin libertad. Aunque existe cada vez más la conciencia del cuidado de la salud planetaria, asistimos hoy a la degradación ambiental que amenaza la vida en la Tierra. Por eso  necesitamos comunidades cristianas  capaces de vivir con sencillez y austeridad; que sean solidarias, sororas, agradecidas, comprometidas y fraternas madurando su compromiso ecológico y optando en consecuencia por hábitos más saludables para todos. Dios nos llama a remover toda forma de pecado, injusticia y esclavitud que, abierta o solapadamente, atenta contra la vida que recibimos como un don.

 ¿Qué acciones a favor del cuidado de la vida promueves en tu comunidad?

 

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