Lunes 21 de Agosto
20a Semana Ordinario
Pío X, papa (1914)
Introducción
El Papa Pío X es memorable por haber iniciado, al comienzo del siglo XX, la reforma litúrgica, principalmente haciendo la Eucaristía más accesible, gracias a sus decretos sobre la primera comunión en temprana edad y más frecuente. Nacido de padres pobres y humildes, permaneció siempre, incluso cuando Papa, como pastor bondadoso y sencillo, tal como había sido en toda su vida como sacerdote. Cercano al pueblo sencillo, conocía bien sus necesidades y abrió la liturgia para ellos, para acercarlos más a la vida y para construir el Cuerpo de la Iglesia por medio del Cuerpo eucarístico del Señor. En su testamento escribió: “Nací pobre, he vivido pobre, quiero morir pobre”. Fue elegido Papa en 1907.
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Te damos gracias por darnos papas como San Pío X,
para dirigir la Iglesia como verdaderos pastores.
Danos siempre pastores cercanos a la gente,
atentos a sus necesidades y aspiraciones,
y nutriendo a tu Iglesia con el Pan de Vida
del claro mensaje del Evangelio
y del Cuerpo eucarístico de tu Hijo,
Jesucristo nuestro Señor.
Jue 2,11-19: El Señor hacía surgir jueces
Sal 106: «Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo»
Mt 19,16-22: «Vende lo que tienes y sígueme»
En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: «Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para alcanzar la vida eterna?» 17Jesús le contestó: «¿Por qué me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el bueno. Si quieres entrar en la vida guarda los mandamientos». 18El joven le preguntó: «¿Cuáles?» Jesús le dijo: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no perjurarás, 19honra al padre y a la madre, y amarás al prójimo como a ti mismo». 20El joven le dijo: «Todo eso lo he cumplido, ¿qué me queda por hacer?» 21Jesús le contestó: «Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme». 22Al oírlo, el joven se fue triste, porque era muy rico.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
En los signos de este pan y de este vino
recordamos cómo Jesús, tu Hijo, se entregó a nosotros
para hacernos capaces
de darnos a nosotros mismos.
Que, como San Pío X,
ojalá obtengamos de Jesús la fuerza
para servirnos unos a otros y servirte a ti
y convertirnos cada días más
en el Cuerpo de Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
En la fiesta de San Pío X
nos has reunido en torno a la mesa de tu Hijo
y nos has nutrido con su Cuerpo
para que demos mucho fruto
de unidad, paz y amor perdurables.
Ayúdanos a llevar los unos las cargas de los otros
y a edificar entre nosotros
el Reino de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Seguir a Jesús es una opción que abarca todos los aspectos de la vida. En el evangelio de hoy leemos sobre un joven que se acerca a Jesús buscando aquella plenitud que no le han brindado todas sus seguridades materiales, intelectuales o religiosas; sin embargo, Jesús da un giro, no le ofrece una respuesta para alcanzar la vida eterna, sino una respuesta para entrar en la vida, es decir, comenzar a vivirla. Porque a la plenitud de la vida no se llega sino empezamos a construirla desde los valores que le dan sentido. ¿Cómo lograr esto? Jesús nos ofrece la respuesta: ¡vive con un corazón libre! No basta con cumplir mandamientos, si el corazón está atado a las riquezas, al poder, al honor, idolatrando dioses superficiales. Vivir con un corazón libre es posible sólo en el encuentro real con Dios; a través de relaciones no basadas en el interés sino en la amistad y amor sinceros; sabiéndonos sostenidos y acompañados por una comunidad de hermanos y hermanas.