Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

San Bartolomé, Apóstol

Description

Sábado 24 de Agosto, 2024

 

20a Semana Ordinario

 

SAN BARTOLOMÉ, Apóstol

 

Introducción

Es totalmente probable que el Natanael del evangelio de hoy sea la misma persona que el apóstol Bartolomé. Si es así, era un hombre abierto y honesto, “en quien no había dolo ni engaño,” como dice Jesús.

 

Oración Colecta

Señor Dios nuestro:

Ojalá se pudiera decir de cada uno de nosotros

lo que Jesús dijo de Bartolomé:

“Ahí tienen a una persona honesta,

a un cristiano cabal, en quien no hay engaño”,

uno que es digno del nombre de cristiano.

Haznos, Señor, verdaderos discípulos de Jesús,

que vivamos día a día tal como creemos,

y que, con nuestro modo de vida,

cooperemos en atraer a los hermanos

hacia tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor.

 

Apocalipsis 21,9b-14: «Te nombraré la esposa del Cordero»

Uno de los ángeles me habló y me dijo: "Ven, que te voy a enseñar a la novia, a la esposa del Cordero". Entonces me transportó en espíritu a una montaña elevada y me mostró a Jerusalén, la ciudad santa, que descendía del cielo, resplandeciente con la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra preciosa, como el de un diamante cristalino.

Tenía una muralla ancha y elevada, con doce puertas monumentales, y sobre ellas, doce ángeles y doce nombres escritos, los nombres de las doce tribus de Israel. Tres de estas puertas daban al oriente, tres al norte, tres al sur y tres al poniente. La muralla descansaba sobre doce cimientos, en los que estaban escritos los doce nombres de los apóstoles del Cordero.
 

Salmo Responsorial

Salmo 144, 10-11. 12-13. 17-18
R. (cf. 12a) Señor, que todos tus fieles te bendigan.
Que te alaben, Señor, todas tus obras
y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino
y den a conocer tus maravillas.
R. Señor, que todos tus fieles te bendigan.
Que muestren a los hombres tus proezas,
el esplendor y la gloria de tu reino.
Tu reino, Señor, es para siempre
y tu imperio, por todos las generaciones.
R. Señor, que todos tus fieles te bendigan.
Siempre es justo el Señor en sus designios
y están llenas de amor todas sus obras.
No está lejas de aquellos que lo buscan;
muy cerca está el Señor, de quien lo invoca.
R. Señor, que todos tus fieles te bendigan.
 

Aclamación antes del Evangelio

Jn 1, 49
R. Aleluya, aleluya.
Maestro, tú eres el Hijo de Dios,
tú eres el rey de Israel.
R. Aleluya.
 

Evangelio: Juan 1,45-51: «Maestro, tú eres el Hijo de Dios»

En aquel tiempo, Felipe se encontró con Natanael y le dijo: "Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y también los profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José". Natanael replicó: "¿Acaso puede salir de Nazaret algo bueno?" Felipe le contestó: "Ven y lo verás".

Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: "Éste es un verdadero israelita en el que no hay doblez". Natanael le preguntó: "¿De dónde me conoces?" Jesús le respondió: "Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera". Respondió Natanael: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel". Jesús le contestó: "Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver". Después añadió: "Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre".
 

Oración de los Fieles

  • Por la fe de la Iglesia y por nuestra confianza en el futuro, porque estamos seguros de que Cristo está presente entre nosotros, roguemos al Señor.
  • Por el espíritu de amor cristiano y de perdón para todos, porque estamos seguros de que todos están invitados en Cristo a participar de la felicidad inacabable de Dios, roguemos al Señor.
  • Por todos los que están bautizados en el nombre de Cristo. Para que sigan fielmente a su Salvador en su amor y en su espíritu de servicio, roguemos al Señor.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro:

Nos has llamado

tanto a santos como a pecadores,

a la mesa de tu Hijo.

Acepta la disponibilidad que te ofrecemos

para llevar a cabo en la vida de cada día

la misión que nos confías.

Que tu Hijo nos haga tu nuevo Pueblo

siempre abiertos a los impulsos de tu Amor.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

 

Oración después de la Comunión

Dios, Señor nuestro, Padre amoroso:

En esta celebración eucarística

hemos encontrado a tu Hijo

como nuestro Señor y Salvador.

Él nos ha mirado y nos ama.

Te pedimos que sepamos ser coherentes,

viviendo según creemos,

para que no haya en nosotros

ni falsedad ni engaño,

sino que sigamos a tu Hijo

en el camino del amor por el que se da a sí mismo,

porque él es nuestro Señor

por los siglos de los siglos.

 

Bendición

Hermanos: ¡Qué gran honor para nosotros si el Señor puede afirmar de nosotros, como de Bartolomé, que somos una persona auténtica, alguien en quien no hay engaño! Que el Dios todopoderoso nos bendiga a todos, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

 

Comentario:

El evangelio de hoy nos recuerda lo vital que es tener un encuentro personal con Jesús, más allá de heredar la fe; no es lo mismo creer por lo que otros me cuentan de Dios, que aquellas vivencias o experiencias que yo puedo tener si me dejo encontrar por él. No es de extrañar que muchas personas se cansan de practicar la religión porque no han sido invitadas a experimentar el amor de Dios en las pequeñas cosas, donde su Providencia nos sostiene y acompaña. Con Natanael (Bartolomé) recibimos la invitación a descubrir que Dios no se manifiesta en lo grandioso o portentoso, pero nos acompaña en la cotidianidad y en las experiencias más imperceptibles. Ojalá prestemos más atención a sus constantes visitas, buscando liberarnos o salvarnos. ¡Cuántas veces, por estar distraídos, perdemos la oportunidad de recibirlo y abrirle el corazón! Que podamos ser portavoces y testigos de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas compartamos está misma experiencia de fe.

 

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