Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS

Description

Viernes 27 de Octubre

 

29a Semana Ordinario

 

LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS

 

CARTA A LOS ROMANOS

 

Estamos reflexionando sobre la Carta a los Romanos. Te ofrecemos 4 videos del P. Claudio Doglio para ayudarte a comprender el profundo mensaje de esta magistral carta de San Pablo.

 

Segundo video: https://spark.adobe.com/page/5o7YKnWWl7qPh/

 

Oración Colecta

Señor Dios nuestro:

El mundo de hoy tiene hambre

de justicia, de verdad y de valores espirituales

muchas veces “envasados” en formatos

que nos impiden reconocerlos…

Abre nuestros ojos,

 y danos tu espíritu de sabiduría y discernimiento.

para distinguir el grito silencioso o estridente

de tantos y tantas hermanos nuestros

que se paran frente a los grandes dramas del mundo

 de manera evangélica sin proponérselo.

Ayúdanos a descubrir entre ellos

los caminos de comunión

para que podamos ir todos juntos hacia ti,

por Jesucristo nuestro Señor.

 

Primera Lectura: Rom 7,18-25a: ¿Quién me librará de este cuerpo?

     San Pablo describe la experiencia de los conversos. Ellos se dan cuenta de que antes de su conversión, a pesar de su buena voluntad, eran incapaces de seguir su conciencia o la Ley de Moisés. Pero, ahora que conocen a Cristo, pueden vencer en sus luchas contra el mal dentro de ellos mismos. Nosotros también experimentamos una lucha similar y continua dentro nuestro. Somos seres desgarrados, capaces de lo mejor y de lo peor. Pero, a causa de Cristo, incluso lo peor en nosotros puede transformarse también en lo más bueno.

 

Hermanos: Bien sé yo que nada bueno hay en mí, es decir, en mi naturaleza humana deteriorada por el pecado. En efecto, yo puedo querer hacer el bien, pero no puedo realizarlo, puesto que no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero; y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado, que habita en mí.

Descubro, pues, en mí esta realidad: cuando quiero hacer el bien, me encuentro con el mal. Y aunque en lo más íntimo de mi ser me agrada la ley de Dios, percibo en mi cuerpo una tendencia contraria a mi razón, que me esclaviza a la ley del pecado, que está en mi cuerpo.

¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo, esclavo de la muerte? ¡La gracia de Dios, por medio de Jesucristo, nuestro Señor!
 

Sal 119: «Enséñame, Señor, tus leyes»

Salmo 119,66.68.76.77.93.94
R. Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Enséñame a gustar y a comprender, tus preceptos,
pues yo me fío de ellos.
Tú, que eres bueno y haces beneficios,
instrúyeme en tus leyes.
R. Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Señor, que tu amor me consuele,
conforme a las promeses que me has hecho.
Muéstrame tu ternura y viviré,
porque en tu ley ha puesto mi contento.
R. Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
Jamás olvidaré tus mandamientos,
pues con ellos me diste vida.
Soy tuyo, sálvame,
Pues voy buscando tus leyes.
R. Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.
 

Aclamación antes del Evangelio

Cfr Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del Reino
a la gente sencilla.
R. Aleluya.

 

Evangelio: Lc 12,54-59: ¿No saben interpretar el presente?

    En su introducción, la Constitución del Vaticano II sobre la Iglesia en el Mundo de Hoy dice: “Es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que, acomodándose a cada generación, pueda la Iglesia responder a los perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y de la vida futura, y sobre la mutua relación de ambas.” Por “signos de los tiempos” queremos significar corrientes de pensamiento y actitudes ante los acontecimientos, aspiraciones, problemas, movimientos de la humanidad, y semejantes. Pensemos en los ecologistas, las feministas, los antirracistas, los grupos anticonsumo, los pacifistas… ¿Seremos capaces de identificar también en estos signos valores evangélicos?

 

En aquel tiempo Jesús le dijo a la multitud: «Cuando ven levantarse una nube en Oriente, enseguida dicen que lloverá, y así sucede. 55Cuando sopla el viento sur, dicen que hará calor, y así sucede. 56¡Hipócritas! Saben interpretar el aspecto de la tierra y el cielo. ¿Cómo entonces no saben interpretar el momento presente? 57¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo? 58Cuando acudas con tu rival al juez, procura lograr un arreglo con él mientras vas de camino, no sea que te arrastre hasta el juez, el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel. 59Te digo que no saldrás de allí hasta haber pagado el último centavo.

 

Oración de los Fieles

  • Señor, que la Iglesia de hoy sepa proclamar el Evangelio a la gente de hoy en un lenguaje de hoy, te rogamos.
  • Señor, que los ministros consagrados de la Iglesia conozcan bien y se familiaricen con las necesidades y aspiraciones del mundo y de la gente de hoy, te rogamos.
  • Señor, haznos capaces de transformar un mundo de injusticia en un mundo de integridad, un mundo frío e indiferente en un mundo cálido de amor y misericordia, te rogamos.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro:

Estos dones de pan y vino que te ofrecemos

hablan de vida y de atención,

de crecimiento y de participación.

Que hablen también a nuestros corazones

del amor oblativo de Jesús, tu Hijo,

para que nosotros también

nos entreguemos generosamente

al crecimiento de su Reino.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

 

Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro:

Tú nos has llamado de nuevo

por medio del Cuerpo eucarístico

de tu Hijo Jesús

para hacer el Cuerpo místico de la Iglesia

cada vez más el signo vivo de tu presencia

y de tu acción en este mundo.

Haznos también receptivos

de todo lo bueno que hay en este mundo.

Ayúdanos a dialogar con nuestro tiempo

y con la gente de hoy,

para que este nuestro mundo sea tuyo

y tú seas nuestro Dios y Señor

por los siglos de los siglos.

 

Bendición

     Hermanos: Si queremos ser gente que vive en nuestro tiempo, tenemos que estar con los ojos abiertos a todo lo que sucede en el mundo a nuestro alrededor. Nadie es una isla. Nadie debiera vivir en un mundo aparte. Esta actitud nos abrirá los ojos también para comprender mejor nuestra fe. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.

  

El conflicto en el que entraba Jesús con las multitudes que lo seguían era esa especie de letargo o conformismo en el que vivían; lo que su mensaje buscaba despertar era inquietud en aquellos corazones resignados que no veían posible cambiar su suerte; también sacudir a los corazones arrogantes que no necesitaban de nada ni de nadie; y, además, a gente buena, muy piadosa, que, teniendo todas las posibilidades de cambiar, no lo veían necesario; en fin, a todas las personas que quisieran escuchar que siempre es posible vivir de otra manera. Si nos ponemos a pensar y somos sinceros, la mayor deuda la tenemos casi siempre para con nosotros mismos porque, si dejamos a Dios actuar, él nos haría mejores personas para quienes nos rodean. Regularmente somos deudores de amor. Si esto sumara intereses no habría en muchas ocasiones con qué saldar nuestras cuentas. Esforcémonos por repensar nuestra vida en clave de Reino y descubriremos que efectuando pequeños cambios nos daremos nuevas oportunidades.

 

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