Jueves 30 de Noviembre
34a Semana Ordinario
SAN ANDRÉS, Apóstol
Introducción
Andrés debió ser un buscador de Dios. Primero siguió a Juan el Bautista pero, cuando Juan señaló a Jesús, comenzó a seguirlo. Trajo a varias personas o grupos a Jesús: a su hermano Pedro, a algunos griegos que buscaban al Maestro. En la multiplicación de los panes, se dio cuenta del muchacho que tenía los panes y los peces y lo acercó a Jesús. La tradición nos dice que fue apóstol en los Balcanes y en el sur de Rusia; es patrono de la Iglesia de Constantinopla. Con Andrés, llevemos a la gente a Jesús.
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Honramos hoy a tu gran apóstol Andrés.
Guiados por él, haz que te busquemos sin descanso
y que llevemos a muchos a Jesús y a ti.
Que Jesús sea nuestra vida y confianza;
y, cuando lo hayamos encontrado,
no permitas que, con egoísmo,
nos lo guardemos para nosotros mismos
sino que lo compartamos con todos en derredor nuestro
con las riquezas de su amor y perdón,
de su misericordia y compasión.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
Rom 10,9-18: La fe nace del mensaje
R. (5a) El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.
Los cielos proclaman la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Un día comunica su mensaje al otro día
y una noche se lo transmite a la otra noche.
R. El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.
Sin que pronuncien una palabra,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra llega su sonido
y su mensaje hasta el fin del mundo.
R. El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.
Mt 4,18-22: Dejaron las redes y lo siguieron
En aquel tiempo, mientras caminaba junto al lago de Galilea, Jesús vio a dos hermanos –Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano– que estaban echando una red al lago, pues eran pescadores. 19Les dijo: «Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres». 20De inmediato dejaron las redes y lo siguieron. 21Un trecho más adelante vio a otros dos hermanos, Santiago de Zebedeo y Juan, su hermano, en la barca con su padre Zebedeo, arreglando las redes. Los llamó, 22y ellos inmediatamente, dejando la barca y a su padre, lo siguieron.
Oración de los Fieles
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Que el Espíritu Santo,
al convocarnos a este banquete eucarístico,
nos una con todos tus apóstoles y discípulos
para celebrar la Última Cena de tu Hijo Jesús.
Que este banquete nos una íntimamente a él
y nos haga también apóstoles entusiastas, como Andrés,
que quieran con vehemencia
que todo el mundo conozca, encuentre
y acoja a Jesús, tu Hijo, como el centro de sus vidas.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Oh Dios, Padre nuestro:
Nos hemos sentado a la mesa eucarística de tu Hijo;
hemos escuchado su Palabra desafiante
y hemos comido su Pan de vida y fortaleza.
Te pedimos que aceleres el día
en que las gentes de todas las naciones y culturas
se sienten con nosotros a la misma mesa,
sean uno con nosotros en tu Hijo
y cantemos para ti, con nuestras múltiples voces,
una armoniosa sinfonía de alabanza.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Atraigamos a la gente a Jesús por nuestra forma de vivir, según el Evangelio. Porque somos también parte de la Iglesia misionera. Hagámoslo con la bendición de Dios todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
“Creer de corazón” es lo que nos hace humanamente divinos, porque llegamos a ser reflejo del Creador que empatiza con la verdad más honda de sus creaturas. Y es que Dios apuesta por su obra creadora, confía y espera en ella, aunque no siempre le correspondamos. Siempre seremos llamados a superarnos a nosotros mismos, a no vivir “rastreramente” ni de manera ilusoria. A esto vino Jesús al mundo, invitándonos a la no instalación ni al sedentarismo que enferma. Somos ciudadanos del mundo y nos ha sido dado un corazón capaz de amar de manera inimaginable, pero necesitamos entrenarnos para madurar en ese amor divino. ¿Qué puedo impedirte amar más? En la medida en la que sales de ti, te enriqueces; caso contrario, tu vida se vuelve rutinaria y sin sentido. ¿Son las redes sociales el espacio propicio para amar o para huir? Jesús te invita a humanizarte y humanizar. ¿Lo estás consiguiendo?