Sábado 29 de Noviembre, 2025
34 Semana en Tiempo Ordinario
ESPERANZA PERSEVERANTE
Oración Colecta
Oh Dios, Salvador nuestro:
Hace mucho tiempo enviaste a tu Hijo Jesús entre nosotros,
pero hemos sido poco conscientes de su presencia
y además muchas veces lo escondemos a otros.
Despiértanos, Señor; haz que lo reconozcamos;
que él sea la luz de nuestras vidas
y que nosotros conduzcamos a nuestros hermanos
con entusiasmo hacia él.
Que él construya, entre nosotros y con nosotros,
un mundo mejor y un Reino de paz y amor
en el que te sirvamos compartiendo,
mientras caminamos animosos y con esperanza
hacia tu hogar de descanso y alegría sin fin.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Primera Lectura: Dan 7,15-27: El poder real será entregado al pueblo del Altísimo
La visión del autor de este Libro de Daniel confirma que, por muy terroríficas que sean las persecuciones del rey sirio, Dios tiene la última palabra en la historia: el mal será vencido y los poderes de bondad de Dios vencerán.
15Yo, Daniel, me sentía agitado por dentro y me turbaban las visiones de mi fantasía. 16Me acerqué a uno de los servidores y le pedí que me explicase todo aquello. Él me contestó explicándome el sentido de la visión:
17–Esas cuatro fieras gigantescas representan cuatro reinos que surgirán en el mundo. 18Pero los santos del Altísimo recibirán el reino y lo poseerán por los siglos de los siglos.
19Yo quise saber lo que significaba la cuarta fiera, diversa de las demás; la fiera terrible, con dientes de hierro y garras de bronce, que devoraba y trituraba y pateaba las sobras con las pezuñas; 20lo que significaban los diez cuernos de su cabeza y el otro cuerno que salía y eliminaba a otros tres, que tenía ojos y una boca que profería insolencias, y era más grande que los otros.
21Mientras yo seguía mirando, aquel cuerno luchó contra los santos y los derrotó. 22Hasta que llegó el anciano para hacer justicia a los santos del Altísimo, y empezó el imperio de los santos.
23Después me dijo:
–La cuarta bestia es un cuarto reino que habrá en la tierra, diverso de todos los demás; devorará toda la tierra, la pisará y triturará. 24Sus diez cuernos son diez reyes que habrá en aquel reino; después vendrá otro, diverso de los precedentes, que destronará a tres reyes; 25blasfemará contra el Excelso, perseguirá a los santos del Altísimo e intentará cambiar el calendario y la ley. Dejarán en su poder a los santos durante un año y otro año y otro año y medio. 26Pero cuando se siente el tribunal para juzgar, le quitará el poder y será destruido y aniquilado totalmente. 27El poder real y el dominio sobre todos los reinos bajo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo. Será un reino eterno, al que temerán y se someterán todos los soberanos.
Interleccional Dn 3: «Bendito seas para siempre, Señor»
Daniel 3,82.83.84.85.86.87
(59b) Bendito seas para siempre, Señor.
Hombres todos, bendigan al Señor.
Pueblo de Israel, bendice al Señor.
R. Bendito seas para siempre, Señor.
Sacerdotes del Señor, bendigan al Señor.
Siervos del Señor, bendigan al Señor.
R. Bendito seas para siempre, Señor.
Almas y espíritus justos, bendigan al Señor.
Santos y humildes de corazón, bendigan al Señor.
R. Bendito seas para siempre, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Cfr Lc 21, 36
Aleluya, aleluya.
Velen y oren,
para que puedan presentarse sin temor
ante el Hijo del hombre.
R. Aleluya.
Evangelio: Lc 21,34-36: «Estén siempre despiertos para esperar lo que está por venir»
El evangelio de hoy nos advierte que no debemos elegir el camino fácil de la indiferencia o del mal. Habremos de rendir cuentas al Hijo del Hombre. Tenemos que vigilar, de tal forma que podamos presentarnos ante él con dignidad y confianza. Nuestra esperanza es grande. Somos un Pueblo de esperanza.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Presten atención, no se dejen aturdir con el vicio, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que aquel día no los sorprenda de repente, 35porque caerá como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra. 36Estén despiertos y oren incesantemente, pidiendo poder escapar de cuanto va a suceder, así podrán presentarse seguros ante el Hijo del Hombre». 37De día enseñaba en el Templo; de noche salía y se quedaba en el monte de los Olivos. 38Y todo el pueblo madrugaba para escucharlo en el Templo.
Oración de los Fieles
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios de nuestro futuro:
Te pedimos ante este altar
que tu Hijo Jesucristo venga a estar entre nosotros
en los signos de pan y vino.
Inspíranos por el poder de su Espíritu
y mantennos en esperanza,
para que nos comprometamos plenamente
a edificar en medio de la gente
una ciudad más humana, pacífica,
justa y fraterna
como una ofrenda que te sea agradable a ti,
nuestro Dios y Padre.
Te lo pedimos en el nombre de Jesús el Señor.
Oración después de la Comunión
Oh Dios y Padre nuestro:
¡Qué bueno ha sido estar aquí con tu Hijo
y recibir de él el Pan eucarístico que nos da esperanza.
Ayúdanos en nuestros torpes intentos
de llevar a nuestro mundo frío e indiferente
el calor del Amor de Jesús,
su amistad y compasión,
para que llegue el día en que la gente
pueda reconocer vivo entre nosotros
a tu Hijo, Jesucristo el Señor.
Bendición
Hermanos: ¿Dónde está el Reino de Dios entre nosotros? ¿Puede la gente percibir que Cristo está realmente aquí en nuestras comunidades cristianas? Esperamos en el Señor; pero él también confía en nosotros. Que el Señor venga y nos haga activos y comprometidos a trabajar en su Reino, con su bendición. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre.
Estar bajo alerta parece que es algo bueno, porque nos previene y nos evita riesgos, tragedias innecesarias o anticipadas; pero mantenerse en “alerta permanente”, fruto de la inseguridad y la violencia propias de nuestros contextos latinoamericanos, puede volverse insostenible y nada saludable. La invitación de hoy a “estar siempre despiertos” o vigilantes está motivada por el noble deseo de cuidar de la vida; suscitar estilos de vida y mantener relaciones armónicas nos permite bajar esos estados de sobresalto y angustia. Siempre lo que está por venir, bueno y malo, para toda persona cristiana implica compromiso y oportunidad de dar testimonio de su fe. Es una llamada a estar ahí, presentes en esos caminos físicos y digitales, siempre dispuestos a ayudar y a propiciar Esperanza: Jesús es quien nos ayuda y sostiene, incluso en los momentos de cruz, con la certeza de esa vida que renace y florece. ¿Qué necesitamos cambiar para cuidar más de la vida? Nuestra “proximidad” con las personas ¿genera esperanza?