Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

El Espíritu del Señor

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Martes 3 de Diciembre, 2024

 

1ª Semana de Adviento

 

EL ESPÍRITU DEL SEÑOR

 

Oración Colecta

Señor Dios nuestro:

Tú nunca te rindes ante los hombres.

Reiteradamente quieres comenzar de nuevo tu plan con nosotros.

Tú nos mostraste en Jesús, tu Hijo,

el tipo de personas que esperas de nosotros.

Así como tu Espíritu habitó en él,

derrama también sobre nosotros el mismo Espíritu,

para que percibamos claramente nuestra misión en la vida,

con tu sabiduría y discernimiento,

y para que tengamos la fuerza

de vivir según creemos y esperamos.

Concédenoslo por Jesucristo nuestro Señor.

 

Primera Lectura: Is 11,1-10: «Sobre él se posará el Espíritu»

Dios culmina el Plan de Salvación para su pueblo por medio del Mesías, Jesús. Él es el retoño joven que brota de las raíces del tocón de la ciudad de David, y el espíritu de Dios habita en él. Él traerá paz, no la de la resignación pasiva y el status quo sino la de la armonía de un mundo transformado que incluya a los más pobres; una paz basada en la justicia, la solidaridad y la integración.

Aquel día, retoñará el tocón de Jesé, de su cepa brotará un vástago 2sobre el cual se posará el Espíritu del Señor: espíritu de sensatez e inteligencia, espíritu de valor y de prudencia, espíritu de conocimiento y respeto del Señor. 3Lo inspirará el respeto del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; 4juzgará con justicia a los desvalidos, sentenciará con rectitud a los oprimidos; ejecutará al violento con el cetro de su sentencia y con su aliento dará muerte al culpable. 5Se terciará como banda la justicia y se ceñirá como fajín la verdad. 6Entonces el lobo y el cordero irán juntos, y la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león engordarán juntos; un chiquillo los pastorea; 7la vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas, el león comerá paja como el buey. 8El niño jugará en agujero de la cobra, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. 9No harán daño ni estrago por todo mi Monte Santo, porque se llenará el país de conocimiento del Señor, como colman las aguas el mar. 10Aquel día la raíz de Jesé se levantará como una bandera para los pueblos: a ella acudirán las naciones y será gloriosa su morada.

 

Sal 72: Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente

 

(cf. 7) Ven, Señor, rey de paz y de justicia.
Comunica, Señor, al rey tu juicio
y tu justicia, al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres
y regirá a tu pueblo justamente.
R. Ven, Señor, rey de paz y de justicia.
Florecerá en sus días la justicia
y reinará la paz, era tras era.
De mar a mar se extederá su reino
y de un extremo al otro de la tierra.
R. Ven, Señor, rey de paz y de justicia.
Al débil librará del poderoso
y ayudará al que se encuentra sin amparo;
se apiadará del desvalido y pobre
y salvará la vida al desdichado.
R. Ven, Señor, rey de paz y de justicia.
Que bendigan al Señor eternamente
y tanto como el sol, viva su nombre.
Que sea la bendición del mundo entero
y lo aclamen dichoso las naciones.
R. Ven, Señor, rey de paz y de justicia.

 

Aclamación antes del Evangelio

 

Aleluya, aleluya.

Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder

para iluminar los ojos de sus hijos.

R. Aleluya.

 

Evangelio: Lucas 10,21-24: Jesús se llenó de la alegría del Espíritu

Jesús nos mostrará lo que nosotros debemos ser y lo que podemos hacer con nuestros talentos humanos, si dejamos a Dios obrar en nosotros, si el espíritu de Dios está en nosotros, si aprendemos a pensar con la sabiduría y el pensamiento de Dios, si actuamos con su poder, si respetamos el orden y el plan del mismo Dios.

Jesús dice que reciben los dones de Dios los que tienen conciencia de su propia indigencia. Con tales personas Jesús puede planear su nuevo comienzo, también hoy, aquí y ahora, en este nuestro Adviento.

En aquel tiempo, con el júbilo del Espíritu Santo, dijo Jesús: ¡Te alabo, Padre, Señor de cielo y tierra, porque, ocultando estas cosas a los sabios y entendidos, se las diste a conocer a la gente sencilla! Sí, Padre, ésa ha sido tu elección. 22Todo me lo ha encomendado mi Padre: nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre, y quién es el Padre, sino el Hijo y aquél a quien el Hijo decida revelárselo. 23Volviéndose aparte a los discípulos, les dijo: ¡Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven! 24Les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; escuchar lo que ustedes escuchan, y no lo escucharon.

 

Oración de los Fieles

Roguemos para que el Espíritu de Dios obre en nosotros diciendo: R/Señor, cólmanos con tu Espíritu.

  • Danos, Señor, entendimiento para profundizar tus misterios de amor y de vida, interiorizar las Escrituras y crecer en la comprensión de nuestros hermanos y hermanas. Te pedimos.
  • Danos, Señor sabiduría, para entender incluso la locura de la cruz y del sufrimiento, y para crecer espiritualmente a través de ellos. Te pedimos.
  • Danos, Señor, justicia y amor para servir honestamente a nuestras hermanas y hermanos. Te pedimos.

 

Oración sobre las Ofrendas

 

Señor Dios nuestro:

Gozosamente te presentamos ahora

este pan y este vino.

Por el poder de tu Santo Espíritu

transforma estos dones

en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo

y transfórmanos también a nosotros

en un pueblo en el que tu Hijo habite

con toda su fidelidad y justicia,

para que podamos vivir en tu paz

ahora y por lo siglos de los siglos.

 

Oración después de la Comunión

 

Oh Dios, en esta eucaristía

te hemos ofrecido nuestra buena voluntad

y, a cambio, tú nos has dado a tu Hijo.

Haznos conscientes de la indigencia de nuestros corazones

para que percibamos las maravillas

que tú puedes hacer en nosotros y por medio de nosotros,

y para que estemos abiertos a tus dones.

Ayúdanos a crecer hasta la completa estatura

y hasta alcanzar la medida perfecta

de Jesucristo nuestro Señor.

 

Bendición

 

Hermanos: ¡Ojalá Cristo estuviera más vivo entre nosotros! ¡Si al menos pudiéramos vivir completa y verdaderamente su mensaje; si dejáramos que el Espíritu Santo nos animara! ¡Cómo todo eso nos transformaría, a nosotros mismos y a nuestro mundo! Para ello pedimos que el Señor nos bendiga. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.

 

El Reino de Dios ha de ser reconocido como el espacio vital donde toda persona y realidad llegan a ser reconocidas y dignificadas, al menos esto fue lo que procuró Jesús con la comunidad discipular durante su vida pública. Él estaba convencido que había alternativas más justas donde no era necesario que la mayoría se sacrificara para dar vida a unos pocos afortunados; algo paradójico porque él terminó sacrificado. Y es que no es lo mismo sacrificarse como un acto oblativo que, sacrificar a otros como un acto de egoísmo. En ambas circunstancias alguien muere, pero sólo en la dinámica del Reino se comprende el sacrificio en su dimensión redentora o salvífica, de lo contrario se continuarán encontrando “chivos expiatorios” como un mal necesario. Comprender esto no es de sabios y entendidos, es de creyentes que dan sentido a sus vidas, no sintiéndose parte de esta sociedad de consumo, sino del proyecto humanizador de Jesús. ¿Qué alternativas vislumbras para que otros puedan tener mejores condiciones de vida?

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