Sábado 25 de Mayo de 2024
Séptima Semana del Tiempo Ordinario
Suyo es el reino
Oración Colecta
Dios, Padre nuestro,
la enfermedad, el dolor
y el sufrimiento nos perturban,
porque les tenemos miedo.
Y, sin embargo, dejaste que tu Hijo
fuera un hombre de dolores
familiarizado con la enfermedad;
su corazón se dirigió especialmente
a los enfermos, a los pobres
y a todos los que sufren.
No permitas que nos tapemos la cara
al verlos en el dolor y la angustia,
sino muévenos con tu Espíritu de amor
a reconocer a tu Hijo sufriente en ellos
y a servirlos con delicadeza,
porque es nuestro Señor, ahora y siempre.
Primera Lectura: Santiago 5,13-20 Mucho puede hacer la oración del justo
Santiago nos ofrece hoy su famoso texto sobre la unción de los enfermos. El enfermo es responsabilidad de la comunidad. “Estuve enfermo y me visitasteis”, dice el Señor. En nuestro difícil entorno pastoral, los enfermos no reciben toda la atención que merecen por parte de la comunidad, especialmente los pobres y los que están solos. La enfermedad es un momento muy delicado en la vida de una persona, en el que una visita en nombre del Señor hará mucho bien.
Evangelio: Marcos 10,13-16: Quien no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él
En la época de Jesús, los niños eran poco tenidos en cuenta. Jesús, como ha hecho con las mujeres, los pecadores y los marginados de su tiempo, los considera. Y lo hace especialmente, al punto de transformarlos en la referencia para entrar en el Reino de los cielos por lo que representan: inocencia, pequeñez como sinónimo de humildad, espontaneidad y verdad…
Oración de los Fieles
Oración sobre las Ofrendas
A la mesa de tu Hijo
hemos traído tus buenos dones,
Señor Dios nuestro,
como signos de que todo
viene de tus manos.
Prepáranos para aceptar en la vida
las alegrías y las penas,
la salud y la enfermedad,
los días de risa y los tiempos de aflicción.
Por tu Hijo, que sufrió por nosotros,
te ofrecemos nuestras cruces
y te pedimos la fuerza
para soportarlas con él.
Porque en ti ponemos
toda nuestra confianza
por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Dios, Padre nuestro,
hemos compartido la mesa
de aquel que probó lo más profundo
de los males humanos,
tu Hijo, Jesucristo.
Cuando la enfermedad y el sufrimiento
nos recuerdan las limitaciones
de la vida humana,
ayúdanos a buscar la curación
y la plenitud en él.
Danos el valor de levantarlo
en el enfermo, con una visita tranquila,
un regalo entrañable,
una palabra de seguridad,
una oración de esperanza.
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
Bendición
No olvidemos nunca a los enfermos y a las personas enfermas. En ellos visitamos y cuidamos nada menos que al mismo Señor Jesús. Que Dios bendiga a todos los enfermos y a cuantos los visitan en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.