Juevas 6 de Junio de 2024
Novena Semana en Tiempo Ordinario
EL AMOR ES MÁS QUE SACRIFICIOS
Oración Colecta
Oh Dios, Padre nuestro,
tú quieres que tu corazón
sea la medida de nuestro amor,
pero tú eres siempre
más grande que nuestro corazón.
Te pedimos que en esta eucaristía
tu Hijo Jesucristo nos dé
un corazón de carne en el que arda
un fuego de amor inextinguible,
y que nos impulse a seguirle plenamente
hacia ti y hacia todos los que nos has encomendado.
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
Primera Lectura: 2 Timoteo 2,8-15: La palabra de Dios no está encadenada
El himno que vamos a escuchar, proclamado por un apóstol de Cristo que sufrió persecución y cárcel a causa de su fidelidad, pronuncia uno de los actos de fe más bellos de las Escrituras: Si con él morimos, viviremos con él; si con él sufrimos, reinaremos con él.
Evangelio: Marcos 12,28-34: No hay mandamientos mayor que éstos
Dos veces al día, los judíos piadosos recitaban el “Escucha, Israel”, en el que profesaban el amor de Dios como su mandamiento fundamental. Jesús le añade el amor al prójimo, pero no solo lo proclama: lo vive al máximo.
En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?” Jesús le respondió: “El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos”.
El escriba replicó: “Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él, y amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios”.
Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: “No estás lejos del Reino de Dios”. Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Oración de los Fieles
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios de amor,
en esta eucaristía celebramos
el memorial del sacrificio de Jesús,
que nos mostró la extensión
sin medida de su amor.
Que él haga nuestro amor
tan ancho y profundo como el suyo,
aun cuando ello trastorne
la rutina de nuestra vida.
Y que esto sea el sacrificio
que ahora te ofrecemos,
por Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Oh Dios, Padre nuestro,
¿hacia dónde nos va a conducir
el estar abiertos a ti
y dispuestos a tus llamados,
el entrar en el mundo interior
de hermanos nuestros
heridos por la vida,
heridos por otras personas
e incluso por nosotros mismos,
el oír sus gritos y acogerlos a todos
bondadosamente en nuestro corazón?
Por la fuerza de esta eucaristía,
ayúdanos, Señor, a acercarnos y encontrarnos
afectuosamente con nuestros prójimos,
a compartir su pan, sus alegrías y sus miserias,
y a encender nueva esperanza en sus corazones.
Que esto sea, Padre de bondad,
nuestra respuesta a tu amor,
por Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Ciertamente, amar al prójimo como a sí mismo requiere frecuentes sacrificios Y, por lo tanto, es de mayor valor que los sacrificios rituales. Que el Señor nos inspire y nos mueva a esa entrega comprometida a los hermanos. Y que a todos nos bendiga el Padre, y el Hijo y el Espíritu Santo.