Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

29 Domingo Tiempo Ordinario

Description

Domingo 20 de Octubre, 2024

 

VIGÉSIMONOVENO DOMINGO AÑO B

 

1. El poder es peligroso

 

2. La grandeza está en servir

 

Saludo (Ver la Segunda Lectura)

Tenemos aquí entre nosotros

un Sumo Sacerdote capaz de sentir nuestras debilidades

y que fue tentado de todas las formas

como nosotros somos tentados,

aunque no tuvo pecado.

Que, con su gracia y misericordia,

el Señor Jesús esté siempre con ustedes.

 

Introducción

1.El poder es peligroso

¿Han notado ustedes cómo en su campaña para un puesto o cargo público la mayoría de los políticos emplean la palabra “servicio”? Ponen mucho énfasis en que quieren ser los servidores del pueblo, y ser elegidos para poder servir. Pero, una vez que han sido ya elegidos, ¿a quién sirven? La mayoría, por lo general, se sirven primeramente a sí mismos y después obligan al pueblo a servirlos. Nunca debiera ser ésta la forma de actuar de la Iglesia. Los cristianos encargados de algún ministerio en la Iglesia, y también los fieles, deberían tener la ambición de servirse los unos a los otros y, de esta manera, servir a Dios. Así actuó Jesús. Le pedimos hoy a él que sepamos seguir su camino.

 

2. La grandeza está en servir

No los que mandan como amos, ni los que buscan puestos de honor, promoción, privilegios, diplomas y medallas, son grandes conforme a los estándares de Jesús, sino los que saben servir. Servir es la “carrera” del cristiano. El siervo está a disposición de todos, comprende las debilidades de los demás. Servir es a veces doloroso, pero solamente los que son capaces de sacrificarse por los demás y no huyen de las dificultades tienen algo que contribuir al mundo. Aceptan ser como semillas que mueren para dar vida. Pidámosle a Jesús, que está aquí con nosotros, que nos ayude a servir con y como él.

 

Acto Penitencial

¡Cómo queremos que los demás nos sirvan!

Pidamos al Señor y a los hermanos

que nos perdonen de corazón.

            (Pausa)

Señor Jesús, tú nos dices:

“Yo, su Señor y Maestro,

vine no para ser servido sino para servir.”

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Cristo Jesús, tú nos aconsejas

no imitar a los altos y poderosos

que hacen sentir al pueblo qué poderosos son.

R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

 

Señor Jesús, tú nos aseguras

que, si queremos ser grandes,

tenemos que servirnos los unos a los otros.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

En tu bondad, perdónanos, Señor,

y danos la actitud interior y la fuerza

para servir a los otros desinteresadamente y con amor.

Y llévanos a la vida eterna.

 

Primera Lectura: Isaías 53,10-11: El servicio, uno de los rostros elocuentes del Amor

El cuarto canto de Isaías sobre el Siervo Sufriente se cumple plenamente en Jesús. Con humildad y compasión, Jesús cargó sobre sí nuestros pecados para nuestra Salvación. Esta es la gran historia de Amor que él escribió para nosotros. La más grande. ¿Cómo podemos responder sino amando y poniéndonos al servicio del Amor?

El Señor quiso triturar a su siervo con el sufrimiento.
Cuando entregue su vida como expiación,
verá a sus descendientes, prolongará sus años
y por medio de él prosperarán los designios del Señor.
Por las fatigas de su alma, verá la luz y se saciará;
con sus sufrimientos justificará mi siervo a muchos,
cargando con los crímenes de ellos.

 

Salmo Responsorial

Salmo 32, 4-5. 18-19 20 y 22

R. Muéstrate bondadoso con nosotros, Señor.
Sincera es la palabra del Señor 
y todas sus acciones son leales.
El ama la justicia y el derecho,
la tierra llena está de sus bondades. R.
R. Muéstrate bondadoso con nosotros, Señor.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen
y en su bondad confían; 
los salva de la muerte 
y en épocas de hambre les da vida. R.
R. Muéstrate bondadoso con nosotros, Señor.
En el Señor está nuestra esperanza,
pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo. 
Muéstrate bondadoso con nosotros, 
puesto que en ti, Señor, hemos confiado. R.
R. Muéstrate bondadoso con nosotros, Señor.

 

Segunda Lectura: Hebreos 4,14-16: Jesús, nuestra fortaleza en la debilidad

Jesús comprende nuestra debilidad porque se hizo uno de nosotros. Experimentó y amó nuestra humanidad en sus límites. Su poder hizo fuertes a los débiles. Y es nuestra fuerza en nuestra debilidad.

Hermanos: Puesto que Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado en el cielo, mantengamos firme la profesión de nuestra fe. En efecto, no tenemos un sumo sacerdote que no sea capaz de compadecerse de nuestros sufrimientos, puesto que él mismo ha pasado por las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado.

Acerquémonos, por lo tanto, con plena confianza al trono de la gracia, para recibir misericordia, hallar la gracia y obtener ayuda en el momento oportuno.

 

Aclamación antes del Evangelio

Cfr Mc 10, 45

R. Aleluya, aleluya.
Jesucristo vino a servir
y a dar la vida por la salvación de todos.
R. Aleluya.

 

Evangelio: Marcos 10,35-45: Sirviendo con Jesús

La grandeza del cristiano consiste en su humilde servicio. Podemos aprender esto de las palabras y del ejemplo de Jesús.

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron: “Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte”. Él les dijo: “¿Qué es lo que desean?” Le respondieron: “Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria”. Jesús les replicó: “No saben lo que piden. ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado?” Le respondieron: “Sí podemos”. Y Jesús les dijo: “Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con que yo seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quienes está reservado”.

Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: “Ya saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos”.

 

O bien: 
Mc 10, 42-45

 

En aquel tiempo, Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: “Ya saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos”.

 

Oración de los Fieles

A Dios, que nos sirve de tantas maneras, pidámosle aprender de su Hijo Jesucristo a servir diciendo: R/ Señor, haznos siervos de tu Amor.

  • Por la Iglesia. Para que sirva al mundo alzándose en favor de la justicia y la paz, y defendiendo la libertad y dignidad de la persona humana, roguemos al Señor.
  • Por los que tienen autoridad en la Iglesia. Para que no se vuelvan simples funcionarios, sino “ministros”, es decir, humildes “servidores” de sus hermanos, roguemos al Señor.
  • Por nuestras familias cristianas. Para que los padres, por su cuidado y servicio compartidos, preparen a sus hijos a prestar servicio a otros, roguemos al Señor.
  • Por los muchos que nos sirven de diversas maneras para proveernos las cosas y la ayuda que necesitamos. Para que les estemos siempre muy agradecidos, roguemos al Señor.
  • Por nosotros y por nuestras comunidades. Para que todos nosotros seamos menos exigentes y estemos muy atentos los unos de los otros sirviendo con creces a las necesidades de los demás, roguemos al Señor.

Señor Dios nuestro, te pedimos que nos conviertas a los valores del Evangelio. Ayúdanos a convertirnos en servidores junto con el Siervo de todos, Jesucristo nuestro Señor.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro,

tu Hijo Jesús tiende para nosotros

la mesa eucarística

con los signos de su Amor y su entrega

que nos dan la Vida.

Que imitemos su grandeza

sirviendo a nuestras hermanas y hermanos

con humildad y alegría

sobrepujando siempre los límites de nuestro egoísmo.

En el nombre de nuestro Señor y Salvador

que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

Introducción a la Plegaria Eucarística

Levantemos nuestro corazón y nuestra voz para dar gracias a Dios por darnos a Jesús, que experimentó nuestra debilidad y se hizo uno de nosotros para servirnos y salvarnos a todos, y para hacernos servir al Padre y servirnos los unos a los otros.

 

Invitación al Padre Nuestro

Oremos con Jesús a nuestro Padre del cielo

para que sepamos hacer su voluntad

y sirvamos a su Reino.

 R/ Padre nuestro...

 

Líbranos, Señor

Líbranos, Señor, de todos los males.

Líbranos del deseo incontenible

de buscar puestos de honor y poder

a expensas de los otros.

Ayúdanos a pagar con nuestro servicio

el costo de la paz y el amor,

mientras esperamos con gozosa esperanza

la segunda venida gloriosa entre nosotros

de nuestro Salvador Jesucristo.

R/Tuyo es el Reino…

 

Invitación a la Comunión

Este es el cordero de Dios

que vino no a ser servido sino a servir

y pagar con su vida el precio de nuestra libertad.

Dichosos nosotros, invitados a compartir su mesa

y a aprender de él qué significa realmente “servir”.

R/Señor, no soy digno…

 

Oración después de la Comunión

Oh Padre amoroso:

Tu hijo ha estado con nosotros

en esta celebración eucarística

como el sirviente de todos nosotros.

Que él disponga nuestros corazones

y nos dé valor

para comprender y aceptar a los otros,

para acompañarlos en el camino de la vida,

para sufrir sus penas y

regocijarse con sus alegrías

llevando los unos las cargas de los otros,

para que él esté con todos nosotros

ahora y por los siglos de los siglos.

 

Bendición

Hermanos: El mensaje del evangelio de hoy es incómodo. Nos dice que tenemos que servir más que ser servidos, que estar dispuestos a ahorrar molestias a los otros por su bien, aun cuando nos ocasionen algunas, y renunciar al deseo incontenible de poder… Y todo eso va contra el egoísmo y el egocentrismo arraigado en el corazón humano. Pero es la verdad con la que Cristo nos ha confrontado hoy. Como Cristo, pues, intentemos en nuestros hogares, en nuestras comunidades, en la Iglesia, gastarnos desinteresadamente por los demás, con la bendición de Dios todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

BibleClaret

Hong Kong

Síguenos

Copyright © Bibleclaret 2025. All Rights Reserved.