Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

Cristo Rey 34 Domingo Año B

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Domingo 24 de Noviembre, 2024

 

TRIGÉSIMO CUARTO DOMINGO AÑO B

 

SOLEMNIDAD DE CRISTO REY

 

1. Un rey diferente, como ninguno

 

2. Un rey en el trono de la cruz

 

Saludo (Ver Segunda Lectura)

Para ustedes, todas las bendiciones de Jesucristo,

nuestro Rey y Señor Salvador,

el principio y fin de todo lo que existe,

el que es, el que era y el que viene.

Que su paz y su gracia estén siempre con ustedes.

 

Introducción

1.Un rey diferente, como ninguno

La palabra “rey” nos remite a poder, riquezas, esplendor. En la fiesta de hoy, ¿qué clase de rey se nos presenta? Un hombre que lleva una corona de espinas, vestido con un manto de púrpura para mofarse de él como de un rey farsante, y de pie ante Pilatos, que representa a los poderes del mundo, acusado como un criminal. ¿Dónde se puede encontrar el verdadero poder de Cristo como Rey? En la verdad del Amor de Dios, para el que Cristo vino a testificar, amando hasta el fin con auténtica actitud de servicio. Dios Padre nos ama totalmente en su Hijo Jesús. Por eso Jesús es nuestro Señor y Rey.

 

2. Un rey en el trono de la cruz

Jesús fue clavado en una cruz, y así murió. Junto a él crucificaron también a dos bandidos. Y allí tuvo lugar uno de los más extraños diálogos que haya habido: El bandido, impresionado por la mesura y serenidad de Jesús, le dijo: “Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino”. Y Jesús respondió: “Hoy estarás conmigo en el paraíso.” ¡Un hombre condenado a muerte, agonizando en la cruz aparentemente por una causa criminal, promete un reino y un paraíso de felicidad! Esto proclama por sí solo, fuertemente, qué clase de rey celebramos hoy: Cristo, el rey no del poder y la riqueza, sino de la verdad, de la entrega, del amor y la paz.

 

Acto Penitencial

1. Un rey diferente, como ninguno

¿Hasta dónde hemos seguido a Cristo, nuestro rey,

en su actitud de servicio, amor y verdad?

Examinémonos brevemente ante el Señor.

            (Pausa)

Señor Jesús, rey de nuestros corazones,

tú naciste uno de nosotros

en la pobreza de un pesebre en una cueva de Belén.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Cristo Jesús, rey de los hombres,

tú viniste a ser el siervo de todos,

especialmente de los enfermos, los débiles y pecadores.

R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

 

Señor Jesús, rey del universo,

tu amor llegó tan lejos y tan profundo

que te llevó a entregar tu propia vida por todos.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Concédenos, Padre compasivo, tu perdón sanador

y haznos participar en tu reinado

ayudándonos a crecer en tu verdad,

tu amor y tu espíritu de servicio.

Llévanos a la vida eterna.

 

2. Un rey en el trono de la cruz

No hemos hecho suficientemente visible

el Reino del Amor de Dios.

Por ello pidamos perdón al Señor.

(Pausa)

Señor Jesús, tuyo es el reino

de un Amor totalmente entregado.

¡A ti toda alabanza!

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Cristo Jesús, tuyo es el reino

de justicia, administrada hasta a los más débiles y pobres.

¡A ti toda alabanza!

R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

 

Señor Jesús, tuyo es el reino

de la verdad fiable y sincera

¡A ti toda alabanza!

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Señor, por tu gran misericordia

perdona nuestros pecados.

Vive y reina en nosotros,

y llévanos al gozo de la vida eterna.

 

Oración Colecta

Roguemos para que sepamos reinar con Jesús,

sirviendo como él.

            (Pausa)

Oh Dios, Padre nuestro:

Cuando quisiste mostrarnos

que tú eres el dueño de todo

y el Señor de todos los hombres,

nos enviaste a Jesús, tu Hijo,

como el humilde siervo de tu Amor,

que ofreció su vida por todos en la cruz.

Danos suficiente fe para aprender de él

que servir es reinar

y que dar nuestra vida por nuestros hermanos

es encontrar una alegría y felicidad

que nadie nos puede arrebatar.

Te lo pedimos en el nombre de Cristo,

que es nuestro Rey y Señor, ahora

y por los siglos de los siglos.

 

Primer Lectura: Daniel 7,13-14: Hijo del Hombre y Rey eterno

En la visión de Daniel, un “Hijo del Hombre” vendrá a reunir a su Pueblo. Será Jesús, que lo gobernará como un Rey único y eterno.

Yo, Daniel, tuve una visión nocturna:
Vi a alguien semejante a un hijo de hombre,
que venía entre las nubes del cielo.
Avanzó hacia el anciano de muchos siglos
y fue introducido a su presencia.
Entonces recibió la soberanía, la gloria y el reino.
Y todos los pueblos y naciones
de todas las lenguas lo servían.
Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno,
y su reino jamás será destruido.

 

Salmo Responsorial

Salmo 92, 1ab. 1c-2. 5

R. (1a) Señor, tú eres nuestro rey.
Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes.
Estás revestido de poder y majestad. R.
R. Señor, tú eres nuestro rey.
Tú mantienes el orbe y no vacila. 
Eres eterno, y para siempre está firme tu trono. R.
R. Señor, tú eres nuestro rey.
Muy dignas de confianza son tus leyes
y desde hoy y para siempre, Señor, 
la santidad adorna tu templo. R.
R. Señor, tú eres nuestro rey.


Segunda Lectura: Apocalipsis 1,5-8: Todo poder y toda gloria a Cristo

Hemos sido escogidos para participar en la victoria de Cristo sobre el mal y la muerte, y para invitar a todos los hombres y a todo el mundo a dar culto a Dios.

Hermanos míos: Gracia y paz a ustedes, de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, el soberano de los reyes de la tierra; aquel que nos amó y nos purificó de nuestros pecados con su sangre y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para su Dios y Padre. A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.


Miren: él viene entre las nubes, y todos lo verán, aun aquellos que lo traspasaron. Todos los pueblos de la tierra harán duelo por su causa.

“Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que ha de venir, el todopoderoso”.

 

Aclamación antes del Evangelio

Mc 11, 9. 10

R. Aleluya, aleluya.
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David!
R. Aleluya.

 

Evangelio: Juan 18,33b-37:Mi reino no es de este mundo”

Jesús reconoce ante Pilatos que es rey. Pero su Reino no se sostiene en la fuerza ni en la violencia. Es el Reino de los que aceptan libremente la verdad y la vida de Cristo.

En aquel tiempo, preguntó Pilato a Jesús: “¿Eres tú el rey de los judíos?” Jesús le contestó: “¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros?” Pilato le respondió: “¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho?” Jesús le contestó: “Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí”.

Pilato le dijo: “¿Conque tú eres rey?” Jesús le contestó: “Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz”.

 

Oración de los Fieles

Oremos a Cristo, nuestro Rey, para que reine en medio de todos los hombres por el poder de su amor diciendo: R/ Señor, que venga a nosotros tu Reino.

  • Bendito seas, Señor, Rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un Pueblo libre. Por los líderes de las naciones que aman la libertad y la instauran en sus países, y también por los que la estrangulan y matan, oprimiendo así a sus pueblos, con confianza te pedimos.
  • Bendito seas, Señor, Rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un Pueblo de hermanos. Por los que respetan y defienden la dignidad y los derechos de los demás, y también por los que oprimen a sus hermanos y sólo defienden sus propios intereses egoístas, con confianza te pedimos.
  • Bendito seas, Señor, Rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un Pueblo de testigos. Por los cristianos que viven intensamente su fe, y también por los que desgraciadamente han dejado enfriar o incluso morir su fe, con confianza te pedimos.
  • Bendito seas, Señor, Rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un Pueblo que viva en la verdad. Por aquellos en cuyas palabras y obras podemos confiar, y también por los que engañan, viven de la mentira y te traicionan a ti y a los hermanos, con confianza te pedimos.
  • Bendito seas, Señor, Rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un pueblo fraterno orientado al servicio. Por todos los que ayudan y cuidan a los demás, y también por los que solamente piensan en sí mismos sin importarles nada los demás, con confianza te pedimos.
  • Bendito seas, Señor, Rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un Pueblo de esperanza. Por todos los que con optimismo siguen esforzándose y trabajando por todo lo bueno, y también por los que se rinden y se dejan llevar por el pesimismo y desaliento, con confianza te pedimos.

Señor y Rey nuestro, contigo queremos llevar las cargas de nuestros hermanos. Que su peso sea ligero, ya es una carga de entrega y amor. Danos fortaleza ahora y por siempre. Amén.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios, Padre nuestro:

Tú has puesto en nuestras manos

un pedazo de pan y un sorbo de vino,

pero también nos has confiado

el crecimiento de tu Reino

y el futuro del mundo.

Haz tangible y efectivo este crecimiento y este futuro

dándole el nombre y la fuerza de Jesús, tu Hijo.

Como él y con él, queremos entregarnos totalmente

a ti y a los hermanos,

con amor generoso y con dedicado servicio.

Te lo pedimos en nombre del mismo Jesús, el Señor.

 

Introducción a la Plegaria Eucarística

En esta eucaristía celebramos cómo Cristo nos liberó del pecado por su sangre derramada y nos trajo vida por su Resurrección. Con él damos gracias a nuestro Padre del cielo, y pedimos que sepamos vivir seriamente entregados a él y a su Reino.

 

Invitación al Padre Nuestro

Con Jesús, nuestro Señor y Rey,

rogamos a nuestro Padre en el cielo

que su reino crezca entre nosotros.

R/Padre nuestro…

 

Líbranos, Señor

Líbranos, Señor, de todos los males

y concede a este nuestro mundo dividido

la paz del reino de tu Hijo.

Líbranos de los pecados

por los que él por amor murió en la cruz.

En las dificultades y pruebas de la vida,

danos la certeza,

de que los que le sirven lealmente

tendrán parte en su alegría

en la venida gloriosa del reino

de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.

       R/Tuyo es el Reino…

 

Invitación a la Comunión

Este es Jesucristo, nuestro Rey y Señor,

que es el principio y el fin,

y quien da sentido a nuestras vidas.

Dichosos nosotros invitados

a la mesa de su Reino.

R/Señor, no soy digno…

 

Oración después de la Comunión

Oh Dios y Padre nuestro:

Pilatos dijo de Jesús, tu Hijo:

“He aquí al hombre. Miren a su rey.”

Jesús ha estado con nosotros ahora

y lo hemos reconocido en fe

como tu Hijo eterno,

como un hombre y como nuestro Rey.

Haznos responder generosamente a este desafío

para llegar a ser, como él, gente que vive para los demás,

que puede dar un rostro, una voz,

un corazón y un nombre a tu Amor

siempre listo para el servicio.

Ayúdanos a acogerlo como origen y fin

de todo lo que somos y hacemos.

Que él sea nuestro Rey y Señor

por los siglos de los siglos.

 

Bendición Solemne

     Hermanos: Inclinen la cabeza con reverencia y rueguen por la bendición del Señor.

  • Que la Buena Noticia del Reino se extienda y enriquezca a todos los pueblos y culturas por todas partes del ancho mundo.
  • Que el reinado de Cristo crezca entre nosotros como un Reino de justicia, amor y paz.
  • Que la luz de la verdad de Cristo ilumine a todos y que su Amor servicial esté vivo en todos nosotros.

     Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

 

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