Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

1 Domingo de Adviento Año C

Description

Domingo 1 de Diciembre, 2024

 

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO AÑO C

 

1. Esperando en tensión

 

2. Vigilantes, pero no con miedo

 

Saludo (Ver Segunda Lectura)

Que el Señor confirme sus corazones en la santidad

para que sean ustedes intachables

a los ojos de nuestro Dios y Padre

cuando nuestro Señor Jesucristo venga.

Que el Señor esté siempre con ustedes.

 

Introducción

1. Esperando en tensión

“Estén erguidos; mantengan alta su cabeza”. Éste es el mensaje que el Señor nos comunica en este Primer Domingo de Adviento. Hay hoy guerras terroríficas, convulsiones al interior de muchos países, hambre en extensas zonas del mundo, y millones de migrantes que huyen de sus pueblos para sobrevivir al precio de su propia vida. Sin embargo el Señor nos tranquiliza diciendo que deberíamos mantener bien altas nuestras expectativas y nuestra esperanza porque él está con nosotros y cerca de nosotros. Estemos atentos a su presencia no sólo aquí en la eucaristía sino también en la vida de cada día.

 

2. Vigilantes, pero no con miedo

Mucha gente en el mundo está sentada en la oscuridad del hambre, del sufrimiento, de la violencia. Y a pesar de ello, si somos Pueblo de Dios, mantenemos indestructible la esperanza de que la verdad, la bondad y la justicia prevalecerán un día, porque creemos que Cristo nuestro Señor ha venido y vive entre nosotros. Luchamos; sabemos que el camino es escabroso; pero el Señor viene a nosotros y nos dice: “Ven conmigo, sirve conmigo, ama conmigo, comparte y date a ti mismo conmigo, y así tú serás mejor, y la Iglesia y el mundo serán también mejores”.

 

Acto Penitencial

Estamos habitualmente ocupados

en nuestros propios asuntos y afanes egoístas,

y hemos olvidado los asuntos del Señor

y las necesidades de nuestros hermanos.

 Pidámosle al Señor que nos perdone.

                                                      (Pausa)

Señor, haz que nos percatemos

de que tú estás cerca de nosotros

en la gente que padece hambre y necesidad.

Líbranos con tu amor

de nuestra inconsciencia o indiferencia.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Cristo Jesús, haz que te descubramos

en los que buscan la paz para ellos mismos y para su país.

Otórgales tu paz duradera.

R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

 

Señor Jesús, revélate a nosotros

en los hermanos que andan malamente a tientas en su vida,

o en la noche de su sufrimiento.

Que tu luz brille sobre ellos y sobre nosotros.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Quédate cercano e íntimo a nosotros

con tu perdón, Señor;

mantennos atentos a tu constante venida

y llévanos a la vida eterna.

 

Oración Colecta

Pidamos en este tiempo de espera y esperanza

que el Señor nos conserve siempre vigilantes.

                           (Pausa)

Señor Dios nuestro:

Somos tu Pueblo en marcha

que trata de llevar a cabo la tarea

de dar forma a tu Reino de amor y de paz.

Cuando nos sintamos con miedo y desalentados,

mantennos en marcha con esperanza.

Haznos vigilantes en la oración

para que sepamos percibir

los signos de la venida de tu Hijo.

Que Cristo camine con nosotros ya ahora

por el camino que él mismo nos ha mostrado,

para que nos conduzca a ti, Dios y Padre nuestro,

que vives y reinas por los siglos de los siglos.

 

Primer Lectura: Jeremías 33,14-16: “Mantengan viva la esperanza”

A un pueblo desanimado, el profeta le anuncia: “¡Ánimo! Va a venir un Salvador de la Casa de David. Con él la honestidad y la integridad se restablecerán.”

“Se acercan los días, dice el Señor, en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá.

En aquellos días y en aquella hora, yo haré nacer del tronco de David un vástago santo, que ejercerá la justicia y el derecho en la tierra. Entonces Judá estará a salvo, Jerusalén estará segura y la llamarán ‘el Señor es nuestra justicia’ ”.

Salmo Responsorial

Salmo 24, 4bc-5ab. 8-9. 10 y 14

R. (1b) Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos,
guíanos con la verdad de tu doctrina.
Tú eres nuestro Dios y salvador
y tenemos en ti nuestra esperanza. R.  
R. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Porque el Señor es recto y bondadoso,
indica a los pecadores el sendero,
guía por la senda recta a los humildes
y descubre a los pobres sus caminos. R.  
R. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Con quien guarda su alianza y sus mandatos,
el Señor es leal y bondadoso.
El Señor se descubre a quien lo teme
y enseña el sentido de su alianza. R.  
R. Descúbrenos, Señor, tus caminos.

 

Segunda Lectura: 1 Tesalonisenses 3,12–4,2: “Prepárense para la venida del Señor”

Jesús vino para hacernos nuevos a todos. Creciendo en amor y viviendo más profundamente nuestra fe, aceleramos su venida a nuestro mundo.

Hermanos: Que el Señor los llene y los haga rebosar de un amor mutuo y hacia todos los demás, como el que yo les tengo a ustedes, para que él conserve sus corazones irreprochables en la santidad ante Dios, nuestro Padre, hasta el día en que venga nuestro Señor Jesús, en compañía de todos sus santos.

Por lo demás, hermanos, les rogamos y los exhortamos en el nombre del Señor Jesús a que vivan como conviene, para agradar a Dios, según aprendieron de nosotros, a fin de que sigan ustedes progresando. Ya conocen, en efecto, las instrucciones que les hemos dado de parte del Señor Jesús.

 

Aclamación antes del Evangelio

Sal 84, 8

R. Aleluya, aleluya.
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
R. Aleluya.

 

Evangelio: Lucas 21,25-28.34-36: “¡Su liberación está cerca!”

Aún en tiempo de peligro los cristianos siguen esperando en el futuro. Por medio de una vida de amor, oración y vigilancia se preparan para encontrarse con el Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra, las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad.

Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación. Estén alerta, para que los vicios, con el libertinaje, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerá de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra.

Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre.

 

Oración de los Fieles

Movido por su infinito amor, nuestro Padre del cielo envió a su Hijo al mundo para colmar todas nuestras esperanzas, y para ofrecernos un futuro mejor y eterno. Digámosle en oración: R/ Señor, tú eres nuestra esperanza.

  • Por la comunidad de la Iglesia y por todos nosotros, sus miembros. Para que, por nuestro compromiso con la justicia y el amor, hagamos creíble el Evangelio, roguemos al Señor.
  • Por la gente sin coraje y sin esperanza, por los que sufren por el hambre o la guerra. Para que intentemos reavivar su esperanza trabajando con ellos en la construcción de un mundo mejor, roguemos al Señor.
  • Por los cristianos en cualquier parte del mundo. Para que no se avergüencen del Evangelio sino que proclamen abiertamente su mensaje de esperanza con el ejemplo de sus propias vidas, roguemos al Señor.
  • Por todos nosotros aquí reunidos, para que no seamos autocomplacientes y nos quedemos pasivos y satisfechos, sino que permanezcamos vigilantes dejándonos renovar por Dios en Cristo. Que él nos otorgue la gracia de comprometernos seriamente y vivir para los demás, roguemos al Señor.

Señor Dios nuestro, tú nos amas y por eso esperas que hagamos visibles a todos tu bondad y tu justicia. Esperamos que tu Hijo permanezca con nosotros para que tus expectativas y las nuestras se hagan realidad, ahora y por los siglos de los siglos.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro:

Como prenda de tus promesas

nos das a tu Hijo Jesucristo

en estos signos de pan y vino.

No te pedimos una vida sin problemas ni riesgos,

sino trabajar por un mundo

en el que tú estás presente,

y también te pedimos el valor y la fuerza de tu Hijo

para responder con nuestras propias vidas

a tu llamado para construir un mundo nuevo

en el que tu Hijo pueda ser nuestro Señor y Salvador

ahora y por los siglos de los siglos.

 

Introducción a la Plegaria Eucarística

En esta eucaristía Jesús va a estar cercano e íntimo a nosotros. Cada Misa es un signo de esperanza de que Dios está con nosotros en nuestro mundo. Demos gracias por esto al Padre.

 

Invitación al Padre Nuestro

Roguemos al Padre de todos

con las palabras de Jesús

para que sepamos hacer su voluntad

y demos forma a su Reino:

R/ Padre nuestro…

 

Líbranos, Señor

Líbranos, Señor, de todos los males.

Despiértanos de nuestra pereza y aletargamiento

y ayúdanos a acelerar la venida de tu Hijo

en medio de nosotros,

para que vivamos en un mundo de justicia,

sin rencores, división y miedo,

mientras nos preparamos con gozosa esperanza

para la venida gloriosa

de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.

 

Invitación a la Comunión

Alcen su cabeza,

porque éste es Jesús, nuestro Señor y Salvador.

Dichosos nosotros si él nos encuentra despiertos

esperando su venida.

Felices nosotros, invitados a su banquete de Salvación.

R/ Señor, no soy digno…

 

Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro, Padre misericordioso:

Tú nos has dicho tu Palabra esperanzadora

y has renovado nuestra fuerza

con el Pan de Vida de tu Hijo.

Libera nuestra fe de toda banalidad y rutina,

y, guiados por tu Hijo Jesús,

envíanos a restablecer integridad, justicia y amor

en nuestro mundo maltrecho.

Que recuperemos la confianza de que, con él,

podemos dar forma a un futuro mejor,

más allá de todas las expectativas humanas,

ya que el futuro te pertenece a ti,

Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo Dios

por los siglos de los siglos.

 

Bendición

Hermanos: “Mantengan sus cabezas altas en esperanza”. Éste ha sido el mensaje de hoy. Mantengámonos firmes en esperanza cuando haya guerras y violencia, cuando haya injusticia y corrupción, cuando haya odio y rencor. Sigamos esperando, porque hay un futuro diferente y mejor. Cristo está con nosotros, y con él somos capaces de eliminar y acabar con la violencia y las guerras; con él podemos derrotar el odio con la amistad. Sí, mantengamos la cabeza bien alta, porque el Señor Jesús está con nosotros y con él hay esperanza y futuro. Marchemos con él. Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

BibleClaret

Hong Kong

Síguenos

Copyright © Bibleclaret 2025. All Rights Reserved.