Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

¡Hipocresía NO!

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Miércoles 28 de Agosto, 2024

 

21 Semana en Tiempo Ordinario

 

¡HIPOCRESÍA NO!

 

Oración Colecta

Oh Dios justo y misericordioso:

Tú conoces lo que hay en nosotros.

Perdónanos, porque con frecuencia estamos tan ocupados

que no tenemos tiempo para pararnos, mirar atrás

y ayudar a los que se sienten demasiado cansados

para seguir adelante.

Perdónanos porque muchas veces

condenamos a los demás

sin haber intentado comprenderles.

Que la justicia, la misericordia y el servicio

no sean asunto exclusivo de otros

sino que sean nuestra preocupación y nuestra vida,

motivados por Aquel que nos dijo

que teníamos que buscarlo y acogerlo en los otros,

Jesucristo nuestro Señor

que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

Primera lectura: 2 Tes 3,6-10.16-1: El que no trabaja, que no coma

Nuestra guía en tiempos límites deberían ser las sólidas tradiciones de nuestra fe, no las revelaciones privadas.

Hermanos: Les mando, en nombre del Señor Jesucristo, que se aparten de todo hermano que viva ociosamente y no según la enseñanza que de mí recibieron. Ya saben cómo deben vivir para imitar mi ejemplo, puesto que, cuando estuve entre ustedes, supe ganarme la vida y no dependí de nadie para comer; antes bien, de día y de noche trabajé hasta agotarme para no serles gravoso. Y no porque no tuviera yo derecho a pedirles el sustento, sino para darles un ejemplo que imitar. Así, cuando estaba entre ustedes, les decía una y otra vez: “El que no quiera trabajar, que no coma”.

Que el Señor de la paz les conceda su paz siempre y en todo. Que el Señor esté con todos ustedes. Este saludo es de mi puño y letra. Así firmo yo, Pablo, en todas mis cartas; ésta es mi letra. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes.

 

Salmo Responsorial

Salmo 127, 1-2. 4-5

R. (cf. 1a) Dichoso el que teme al Señor.
Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos:
comerá del fruto de su trabajo,
será dichoso, le irá bien. R.
R. Dichoso el que teme al Señor.
Esta es la bendición del hombre que teme al Señor:
“Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida”. R.
R. Dichoso el que teme al Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

1 Jn 2, 5

R. Aleluya, aleluya.
En aquel que cumple la palabra de Cristo
el amor de Dios ha llegado a su plenitud.
R. Aleluya.

 

Evangelio: Mateo 3,27-32: Son hijos de los que asesinaron a los profetas

Probablemente estamos de acuerdo con la fuerte condena que hace Jesús de la hipocresía de los fariseos. Pero la hipocresía nunca murió: Todavía la tenemos aquí con nosotros hoy. El encalar y blanquear las tumbas es moda hoy todavía, y desde una corrupción inicialmente individual ha penetrado y se ha extendido en la sociedad misma. Los errores del Estado, y los de la Iglesia también, son encubiertos. Se pasan por alto y en silencio las injusticias y la explotación, o bien se las condena en términos tan generales que incluso los opresores están de acuerdo con la condena. Cerramos nuestros ojos, y nuestras conciencias se quedan tranquilas, porque pensamos que no participamos ni contribuimos al mal que continúa activo y destructor. Nuestras acciones no están a la altura ni de nuestras palabras ni de nuestra fe.

En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque son semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre! Así también ustedes: por fuera parecen justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les construyen sepulcros a los profetas y adornan las tumbas de los justos, y dicen: ‘Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, nosotros no habríamos sido cómplices de ellos en el asesinato de los profetas’! Con esto ustedes están reconociendo que son hijos de los asesinos de los profetas. ¡Terminen, pues, de hacer lo que sus padres comenzaron!”

 

Oración de los Fieles

  • Por los que dan testimonio de la verdad. Para que el Espíritu Santo ponga en su boca las palabras sabias y justas, roguemos al Señor.
  • Por todos nosotros. Para que sepamos hacer nuestro trabajo y cumplir nuestra misión en la vida con toda conciencia y con todo celo, roguemos al Señor.
  • Por todos nosotros, que celebramos la eucaristía. Para que Jesús, el Señor, nos haga personas auténticas y dignas de confianza, roguemos al Señor.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro:

Tu Hijo pagó con su vida

porque no pudieron convencerlo

de abandonar su propósito

de hacer al Pueblo verdaderamente libre en ti;

pero tú lo resucitaste a una vida nueva y eterna.

Al unirnos a él ahora en su sacrificio,

haznos sinceros y comprometidos con él,

en honestidad y en verdad, cueste lo que cueste,

para que podamos superar sin temor

la prueba de tu escrutinio

y vivir en tu luz,

ahora y por los siglos de los siglos.

 

Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro:

Las palabras de Jesús que hemos oído hoy

eran duras y dirigidas no solamente a otros,

sino también a nosotros,

para que las pongamos en práctica.

Por la fuerza de esta eucaristía

ayúdanos a vivir coherentes con nuestra fe

y a ser honestos con nosotros mismos y con los demás.

Haz que no solamente hablemos de paz y amor,

sino que seamos de verdad hombres y mujeres de paz

y constructores de comunidad por el amor

en y por Jesucristo nuestro Señor.

 

Bendición

Hermanos: ¡No cedamos nunca a la tentación de intentar aparecer ante los demás mejor de lo que somos, e incluso impresionar al mismo Dios! Pidamos humildemente su bendición. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.

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