Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

Hoy es tiempo de gracia

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Monday September 2, 2024

 

22 Semana en Tiempo Ordinario

 

HOY ES ELTIEMPO DE GRACIA

 

Oración Colecta

Oh Dios, Padre de misericordia y amor:

Tú designas a tu Hijo para anunciarnos

que “hoy” es el tiempo de gracia.

Ojalá venga hoy su Espíritu sobre nosotros,

para que, en la pobreza de nuestros corazones,

sepamos oír el conmovedor mensaje de Jesús.

Y para que, ciegos como somos, nos dé ojos de fe,

y nos libere de la cautividad

de nuestros miedos y de nuestro egoísmo.

Te lo pedimos en nombre del Señor Jesús.

 

Primera lectura: 1 Corintios 2,1-5

San Pablo nos recuerda que la Buena Noticia de Cristo crucificado y resucitado no necesita palabras sofisticadas ni una especial sabiduría para ser recibida y vivida. Es poderosa y sencilla. Y por eso la entienden, especialmente, los sencillos. Y hace que su fe sea poderosa.

Hermanos: Cuando llegué a la ciudad de ustedes para anunciarles el Evangelio, no busqué hacerlo mediante la elocuencia del lenguaje o la sabiduría humana, sino que resolví no hablarles sino de Jesucristo, más aún, de Jesucristo crucificado.

Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo. Cuando les hablé y les prediqué el Evangelio, no quise convencerlos con palabras de hombre sabio; al contrario, los convencí por medio del Espíritu y del poder de Dios, a fin de que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres. 

 

Salmo Responsorial

Salmo 118, 97. 98. 99. 100. 101. 102 

R. (97a) ¡Cuánto amo, Señor, tu voluntad!
¡Cuánto amo tu voluntad!:
Todo el día la estoy meditando.
Tus mandatos me hacen más sabio que mis enemigos,
porque siempre me acompañan. R.
R. ¡Cuánto amo, Señor, tu voluntad!
Soy más prudente que todos mis maestros,
porque medito tus preceptos.
Soy más sagaz que los ancianos,
porque cumplo tus leyes. R.
R. ¡Cuánto amo, Señor, tu voluntad!
Aparto mis pies de toda senda mala,
para cumplir tus palabras.
No me aparto de tus mandamientos,
porque tú me has instruido. R.
R. ¡Cuánto amo, Señor, tu voluntad!

 

Aclamación antes del Evangelio

Cfr Lc 4, 18

R. Aleluya, aleluya.
El Espíritu del Señor está sobre mí;
él me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva.
R. Aleluya.

 

Evangelio: Lucas 4,16-30

Desde hoy hasta el comienzo del Adviento, leeremos el evangelio de Lucas, el evangelista que presta especial atención al Espíritu Santo, a la misericordia de Dios, a la preocupación de Jesús por los pobres, al papel de las mujeres en la vida de Jesús, y a la liturgia. Lucas presenta su evangelio en la forma de un viaje que comienza en Nazaret (Galilea) y que acaba en Jerusalén. Hoy nos encontramos con el comienzo de la así llamada “vida pública” de Jesús, el programa de su misión fijado por el Espíritu. Él anuncia la Salvación, que comienza “hoy” con su predicación y su trabajo en medio del Pueblo. Para nosotros, también el tiempo de gracia es “hoy”, en nuestro tiempo, con el Señor que vive y trabaja aquí y ahora entre nosotros.

En aquel tiempo, Jesús fue a Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.

Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura, que ustedes acaban de oír”.

Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras que salían de sus labios, y se preguntaban: “¿No es éste el hijo de José?”

Jesús les dijo: “Seguramente me dirán aquel refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo, y haz aquí, en tu propia tierra, todos esos prodigios que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm’ ”.

Y añadió: “Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, que era de Siria”.

Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta una barranca del monte, sobre el que estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por en medio de ellos, se alejó de allí.

 

Oración de los Fieles

  • Señor, da sana elocuencia y mucho valor a todos nuestros maestros y líderes en la Iglesia. Para que, como seguidora de la misión de Jesús, sea Buena Noticia de liberación para todos, roguemos al Señor.
  • Señor, abre nuestros ojos a las miserias de nuestro pueblo; haznos sensibles y preocupados por los que se sienten encarcelados y atrapados por sus temores y por la injusticia, roguemos al Señor.
  • Señor, haznos receptivos a tu Palabra. Líbranos tanto de nuestra mediocridad y de nuestros miedos como de nuestras certezas y autosuficiencias, roguemos al Señor.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro:

Es quizás más fácil para nosotros

aceptar a tu Hijo como nuestro Señor y Salvador

que para la gente que lo conocía, allá en Nazaret,

como el Hijo de José y María.

Ayúdanos a reconocerlo aquí en medio de nosotros

en estos signos de pan y vino.

Acepta esta ofrenda de nuestra fe

por medio del mismo Jesucristo nuestro Señor.

 

Oración después de la Comunión

Oh Dios Padre nuestro:

Tu Hijo Jesucristo está vivo entre nosotros

por medio de su Palabra y de su Cuerpo eucarístico.

Cólmanos con su Santo Espíritu,

para que también nosotros,

con él y en su nombre,

sepamos llevar a los pobres

su Buena Noticia de Salvación:

proclamar libertad a los cautivos,

abrir los ojos de los ciegos,

y liberar a los oprimidos.

Que ojalá sea éste para todos

el tiempo de la gracia

de Jesucristo nuestro Señor.

 

Bendición

Hermanos: Hoy, teniendo a Jesucristo vivo en nuestra comunidad, en medio de nosotros, deberíamos estar también dispuestos a decir con Jesús: “El Espíritu del Señor está sobre nosotros. Él nos envía a llevar la Buena Nueva a los pobres”. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.

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