Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

Octavo Domingo Tiempo Ordinario

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Domingo 2 de Marzo, 2025

 

OCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 

La viga en el ojo

 

Saludo (Ver Segunda Lectura)

Demos gracias a Dios

por darnos la victoria sobre la muerte

por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Que el Señor Jesús Resucitado

esté siempre con ustedes.

 

Introducción

¿Por qué prácticamente todos nosotros nos damos cuenta de los defectos de los demás y sin embargo estamos ciegos a nuestras propias deficiencias? Contemplemos hoy a Jesús, que vino a redimirnos de nuestros pecados sin juzgar ni condenar sino reconociendo el bien que hay en el corazón humano y ofreciendo siempre una nueva oportunidad.  Tenemos mucho que aprender de él. Pidámosle su bondad de corazón.

 

Acto Penitencial
                         

Pidamos al Señor que no nos juzgue

con la medida con que juzgamos a los demás,

sino que nos perdone y nos dé bondad de corazón.
                                                       (Pausa)

Señor Jesús, tú sabes a dónde nos llevas

y estamos dispuestos a seguirte

por el camino de la vida y del perdón.
R/ Señor, ten piedad.

 

Señor Jesús, tú aceptas a las personas tal como son,

y las conviertes y las salvas.
R/ Cristo, ten piedad.

Señor Jesús, con la bondad de tu corazón

trajiste el perdón donde había odio,

y la alegría donde había tristeza.
R/ Señor, ten piedad.

Señor, te damos gracias por la curación que nos traes

con tu Amor perdonador.

Haznos pacientes como tú y guíanos a la vida eterna.

 

Oración Colecta

Oremos para que Cristo sea siempre

nuestra luz y guía .

                          (Pausa)

Amado Padre,
nos has dado a tu propio Hijo

como nuestro único Maestro y guía.

Él no vino a condenarnos

sino a perdonar y a salvar.
Danos ojos claros para mirar

en nuestros propios corazones y conciencias, 


pero oscurécelos con las sombras del amor 


cuando vemos las faltas de los que nos rodean.


Y que podamos inspirar a otros con nuestra vida cristiana.


Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

 

Primera lectura: Sirácida 27,5-8 No alabes a nadie antes de que razone
Así como la calidad del árbol se prueba en sus frutos, así también se conocen los seguidores de Jesús y su Evangelio: por su amor a Dios, su buen corazón y sus buenas obras.

Al agitar el cernidor, aparecen las basuras;
en la discusión aparecen los defectos del hombre.
En el horno se prueba la vasija del alfarero;
la prueba del hombre está en su razonamiento.
El fruto muestra cómo ha sido el cultivo de un árbol;
la palabra muestra la mentalidad del hombre.
Nunca alabes a nadie antes de que hable,
porque ésa es la prueba del hombre.
 

Salmo Responsorial

Del Salmo 91

  1. (cf. 2a) ¡Qué bueno es darte gracias, Señor!
    ¡Qué bueno es darte gracias, Dios altísimo,
    y celebrar tu nombre,
    pregonando tu amor cada mañana
    y tu fidelidad, todas las noches! R.
    R. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor!
    Los justos crecerán como las palmas,
    como los cedros en los altos montes;
    plantados en la casa del Señor,
    en medio de sus atrios darán flores. R.
    R. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor!
    Seguirán dando fruto en su vejez,
    frondosos y lozanos como jóvenes,
    para anunciar que en Dios, mi protector,
    ni maldad ni injusticia se conocen. R. 
    R. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor!

 

Segunda lectura: 1 Corintios 15,54-58 Nos da la victoria por Jesucristo
En Cristo, la muerte y el pecado han sido derrotados de una vez y para siempre.

Hermanos: Cuando nuestro ser corruptible y mortal se revista de incorruptibilidad e inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: La muerte ha sido aniquilada por la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado y la fuerza del pecado es la ley. Gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo.

Así pues, hermanos míos muy amados, estén firmes y permanezcan constantes, trabajando siempre con fervor en la obra de Cristo, puesto que ustedes saben que sus fatigas no quedarán sin recompensa por parte del Señor.
 

Aclamación antes del Evangelio

Cfr Filipenses 2, 15. 16

  1. Aleluya, aleluya.
    Iluminen al mundo con la luz
    del Evangelio reflejada en su vida.
    R. Aleluya.

 

Evangelio: Lucas 6,39-45 El árbol se conoce por sus frutos

No debemos seguir a guías, líderes, personas o grupos que no saben a dónde van. Nosotros tenemos un único Pastor y guía. Y siguiéndolo, animamos a otros a seguirlo.

En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: “¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.

¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: ‘Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo’, si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la paja del ojo de tu hermano.

No hay árbol bueno que produzca frutos malos, ni árbol malo que produzca frutos buenos. Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de las zarzas, ni se cortan uvas de los espinos. El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón”.
 

Oración de los Fieles
Jesús nos enseñó la misericordia infinita de Dios, que busca salvar a todos los hombres. Oremos para seguir su ejemplo: R/ Señor, guíanos por el camino de la vida.

  • Para que Jesús muestre a la Iglesia el camino a seguir en las circunstancias a menudo difíciles de nuestros días, un camino hacia el perdón y el amor, y hacia la justicia y la verdad.
  • Para que Jesús muestre el camino a seguir a los buscadores honestos de la verdad y la bondad, y que no sean engañados por falsos maestros.
  • Para que Jesús muestre el camino a seguir a aquellos que, en la bondad de su corazón, están dispuestos a servir a la causa de la paz y la amistad.
  • Para que Jesús muestre el camino a seguir a aquellos que fácilmente condenan y son reacios a perdonar y aceptar a los demás.
  • Para que Jesús nos muestre el camino a seguir, y que dejemos de ser condenadores de los errores ajenos, oremos.

Señor Jesucristo, abre los ojos de todos los espiritualmente ciegos que han perdido su camino en la vida. Por tu Amor y tu fuerza, guíanos a todos al Padre, que nos ama. Sé nuestro Maestro ahora y para siempre.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro,

tu Hijo Jesús trajo la luz a nuestras tinieblas:

abrió los ojos de los ciegos.

Danos a tu Hijo aquí en esta eucaristía

para que nos abra los ojos a tu Amor perdonador

y a tu bondad presente en las personas.

Concedenoslo en el nombre de Jesús, el Señor.

 

Introducción a la Plegaria Eucarística

Con Jesús, damos gracias al Padre por su bondad: a través de Jesús, nos ha dado luz y vida, un objetivo por el que trabajar, un camino a seguir. Es una alegría para nosotros expresar nuestra gratitud.

 

Invitación al Padre Nuestro
Que ahora brote de la bondad de nuestro corazón la oración que Jesús mismo nos enseñó:
R/ Padre nuestro...

 

Líbranos, Señor

Líbranos, Señor, de todo mal, sobre todo del mal del pecado.
Ayúdanos a ver la viga en nuestros propios ojos
y ser amables y comprensivos con los demás.
Guíanos en alegre esperanza hacia la venida en gloria
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

 R/ Tuyo es el Reino...

 

Invitación a la Comunión

Este es Jesús, el Cordero de Dios

que ha vencido a la muerte y al pecado

y nos conduce a la Resurrección.

Felices somos por recibir la comida y la bebida de la Vida.
R/ Señor, no soy digno...

 

Oración después de la Comunión

Dios, Padre nuestro,
has servido para nosotros la comida de la amistad

sin tener en cuenta nuestras faltas.
Haz que, de igual manera nos acojamos los unos a los otros

en la vida cotidiana
y que cubramos los defectos de los otros con el manto del amor.
Que venzamos el mal con el bien y traigamos tu paz a esta Tierra.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Bendición
Jesús nos ha llamado hoy a dejar de buscar faltas en los demás  mientras olvidamos alegremente nuestros propios errores y fracasos. Seamos amables unos con otros, como Dios ha sido bueno y amable con nosotros.  Con la bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

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