Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

Una recompensa centenaria

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Martes 4 de Marzo, 2025

 

Octava Semana Ordinario

 

UNA RECOMPENSA CENTENARIA

 

Oración Colecta

Señor Dios nuestro,

sostén tu promesa

a los que lo han dejado todo

por tu Reino

y por el Evangelio de Jesucristo, tu Hijo.


Haz que sean hombres y mujeres

pobres en las cosas

que cuentan en esta tierra,

pero ricos con tu amor y tu gracia

y con una riqueza de amigos

a los que puedan llevar

a nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.

 

Primera Lectura: Sirácida 35,1-12  El que guarda los mandamientos ofrece sacrificios de acción de gracia

La Primera Lectura anticipa lo que Jesús llevará a su plenitud en torno a la ofrenda que agrada a Dios. No desecha en ese contexto los sacrificios que se le ofrecían, pero explica que lo que agrada al Señor es que el que ofrenda se aleje del mal, tenga un corazón generoso y esté apegado a la justicia.

La ofrenda más grata al Señor
es la que ofrece aquel que cumple su ley.
El que guarda los mandamientos
ofrece un sacrificio de acción de gracias,
el que hace favores al prójimo ofrenda el mejor trigo,
el que da limosna ofrece un sacrificio de alabanza.

Apartarse del mal es darle gusto al Señor,
evitar la injusticia es sacrificio de expiación por el pecado;
no te presentes, pues, ante Dios con las manos vacías:
todo esto es mandato del Señor.

La ofrenda del justo enriquece el altar
y su aroma sube hasta el Altísimo.
La ofrenda del justo es agradable a Dios
y su memorial no será olvidado.

Honra al Señor con ánimo alegre
y no seas tacaño al pagarle tus primicias.
Haz tu ofrenda de buena gana
y santifica con gozo tus diezmos.

Dale al Altísimo según la medida en que él te ha dado a ti;
dale tan generosamente como puedas,
porque el Señor sabe recompensar
y te dará siete veces más.

No pienses en sobornar al Señor, porque él no recibirá tus dones,
ni confíes en la ofrenda de cosas mal habidas,
porque el Señor es un juez
que no se deja impresionar por apariencias.

 

Salmo Responsorial

Salmo 49, 5-6. 7-8. 14 y 23

R. (23b) Dios salva al que cumple su voluntad.
Congreguen ante mí a los que sellaron
sobre el altar mi alianza.
Es Dios quien va a juzgar
y el cielo mismo lo declara.
R. Dios salva al que cumple su voluntad.
Israel, pueblo mío, escucha atento;
en contra tuyo yo, tu Dios, declaro;
No voy a reclamarte sacrificios,
pues siempre están ante mí tus holocaustos.
R. Dios salva al que cumple su voluntad.
Mejor ofrece a Dios tu gratitud
y cumple tus promesas al Altísimo.
Quien las gracias me da, ése me honra,
y yo salvaré al que cumple mi voluntad.
R. Dios salva al que cumple su voluntad.

 

Aclamación antes del Evangelio

Cfr Mateo 11, 25

R. Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del Reino
a la gente sencilla.
R. Aleluya.

 

Evangelio: Marcos 10,28-31  Recibirán cien veces más, con persecuciones. Y en el futuro, la vida eterna

Los que lo dejan todo por el Reino no sólo “heredarán el cielo” sino que encontrarán la felicidad en la tierra. Liberados de todo apego a los bienes materiales, conocerán la alegría de ganar muchos hermanos y crecer en la vida fraterna incluso en las contradicciones y persecuciones que llegarán al trabajar por el Reino.

En aquel tiempo, Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte''.

Jesús le respondió: "Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres e hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el otro mundo, la vida eterna. Y muchos que ahora son los primeros serán los últimos, y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros".

 

Oración de los Fieles

  • Por todos los cristianos, para que seamos generosos en el servicio al Señor y al prójimo, te pedimos.
  • Por los que han dedicado su vida al servicio directo de Dios, como sacerdotes, religiosos y religiosas, ministros y laicos, para que vivan plenamente en las manos amorosas del Señor, te pedimos.
  • Por todos los cristianos, para que sean personas alegres, que no pierdan la sonrisa, aunque encuentren dificultades, te pedimos.

 

Oración sobre las Ofrendas

Dios, Padre nuestro,

con el pan y el vino

recordamos al que se entregó

totalmente por los demás,

tu Hijo, Jesucristo.


Todo le fue arrebatado,

excepto la certeza

de que tú estabas con él.


Con él, pues, nos ofrecemos

para pertenecer a ti y a los hermanos

que has puesto en nuestro camino.


Que ninguna prueba nos impida

seguir siendo libres y vivir

en comunión contigo, por Jesucristo,

nuestro Señor.

 

Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro,

por la fuerza de esta Eucaristía,

ayúdanos a ver y practicar plenamente

lo que significa ser discípulo de Jesús:

que sólo cuando perdonamos

encontramos el perdón;

que nuestra sed se calma

cuando damos de beber al prójimo;

que encontramos consuelo

cuando decimos palabras

que alivian el dolor, que cuando

partimos y compartimos el pan,

encontramos tu alegría que dura

por los siglos de los siglos.

 

Bendición

Estamos en manos de Dios, un Dios bueno, un Dios misericordioso. Intentamos servirlo bien y encomendarnos a él. Que Dios todopoderoso te bendiga, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

 

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